Felipe González ha calificado a Donald Trump de imbécil, necio, matón de patio de colegio, ignorante y mercachifle. Otros lo tildan de suicida y estúpido. En esta carta no caben todos los calificativos que Trump recibe a diario. El hecho real –y en esto sí coincidimos todos– es que no está a la altura que se espera de un presidente de Estados Unidos.
Puede contradecirse docenas de veces. Súbitamente, después del caos mundial que ha provocado, aceptó una suspensión de 90 días para, salvo con China, volver a negociar los aranceles con el resto del mundo. Por eso, Wall Street celebró con subidas récord ese cambio de rumbo del presidente. Seguramente, del mismo modo que alguien le hizo notar que la longitud de su corbata (normalmente roja) no es normal –y desde hace unos pocos días la luce más corta, es decir, ha seguido la recomendación–, con los aranceles ha ocurrido algo similar. Me gustaría pensar que Trump está empezando a escuchar. El mundo entero se lo agradecería.
Jordi Querol
Suscriptor Barcelona