¿Quién paga esto?

¿Y quién va a pagar las pérdidas del lunes? ¿Hemos de asumir que puede volver a pasar? Muchas preguntas que hacer, pero ¿a quién se las hacemos?

Si algo funcionó fue la solidaridad. Gracias a las emisoras de radio que nos acompañaron en estas horas de incertidumbre y miedo. Gracias a los medios que hicieron su trabajo para podernos informar al momento de cuanto pa­saba.

En mi caso, sin televisor, sin radio de pilas, sin luz ni teléfono, sola en casa, bajé al parking y me acomodé en el coche con la radio puesta y cambiando de emisora para saber más. El sueño me venció hasta que a las dos de la madrugada me despertó la luz del garaje. Pero no hay aún un gobierno que sirva de algo.

Montserrat Roselló

Sant Cugat del Vallès

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