Ha proliferado y se está consolidando en determinados restaurantes vender agua filtrada, (que es lo mismo que decir agua del grifo filtrada) como si fuera agua mineral. Es un gran negocio para los restaurantes, pero los clientes (que no hemos pedido ese líquido) lo pagamos por no discutir.
En primer lugar, cabe decir que el embotellado de esta agua no se hace bajo los parámetros legales, ya que viene sin precintar y sin etiquetar; lógico, porque es agua del grifo. Negocio redondo para los restaurantes.
Solo queda que las oficinas de atención a los consumidores les paren los pies de manera efectiva y, sobre todo, que los clientes despierten y antes de beber se aseguren de si realmente es agua mineral o no lo que pagan.
Raúl Gil
Barcelona