Me sorprendió contar hasta cuatro personas, de diez sentadas en los bancos del tren de FGC, leyendo libros en papel. El resto parecían entretenerse con el teléfono o dormían. Hubo una época en que también había alguno leyendo con tableta. Creo que habría que cuidar esta rara especie en vías de extinción reservándoles unos asientos, igual que se hace con las personas necesitadas. O hacemos algo o desaparecerán de la faz de la tierra.
Ignasi Camps Munné
Barcelona
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