Mi padre tiene 75 años y vive en el barrio de la Barceloneta, en Barcelona. Como muchos vecinos, está sufriendo de forma especialmente dura esta ola de calor que azota el país, más las obras que recientemente ha impulsado el Ayuntamiento en este barrio con el objetivo de recuperar la estética original de los edificios. Entre las medidas adoptadas, se encuentra la renovación de fachadas y, lo más preocupante, la obligación de retirar los aparatos de aire acondicionado visibles desde la calle. ¿Debemos conservar el patrimonio urbano a costa de la salud y el bienestar de los habitantes bajo la ola de calor sin precedentes?
Lucia Romeu Leder
Barcelona
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