Camino limpio

Paseando por un sendero apenas frecuentado, como tantos hay por las montañas y bosques de nuestro país, me llamó la atención, no la suciedad, sino la ausencia total de lo que se ha dado en llamar basuraleza .

Al rato pude ver una tosca señal a modo de hito con dos palabras escritas: “Camino limpio”. Luego me enteré de que un foráneo se había dedicado a limpiar esa ruta y sus aledaños de plásticos, botellas de cristal, latas, enseres y hasta bombonas, me comentaron. En suma, de toda la gasolina para un monte ya amenazado por la abundante maleza descuidada y cada vez más en peligro de extinción. ¡Qué buena labor! Ojalá se prodigaran más acciones cívicas de este tipo, o al menos, que dejemos el monte tal y como lo encontramos.

Gonzalo de Miguel Renedo

Calp (Alicante)

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