Renunciar, cuidarse

He decidido renunciar a mi trabajo de forma voluntaria, no por falta de capacidad ni desinterés, sino porque ya no podía soportar las condiciones en él. Durante un tiempo pensé que debía aguantar: por el buen sueldo, por la estabilidad o por miedo a no encontrar otra oportunidad. Me equivocaba. Ninguna nómina compensa la degradación personal ni el desgaste emocional de trabajar en un ambiente laboral tóxico. La salud mental y la dignidad no se venden.

La renuncia es un acto de autocuidado, valentía y resistencia: resistirse a la idea de que trabajar significa aguantarlo todo y a creer que el dinero lo justifica. Sin respeto no hay futuro laboral justo ni humano. Espero que más personas y empresas lo comprendan.

Beneharo Guijarro Hernández

Santa Cruz de Tenerife

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...