Nobel de la Paz

Donald Trump va de cabeza
a la dictadura. Desdeña los ­derechos humanos con la caza del inmigrante. Está en pie de guerra contra los estados demócratas de su nación y los
militares toman Washington. Habla de paz y amenaza a Groenlandia con comprarla por las buenas o bien por las malas. Dice que acabará con la guerra de Ucrania en veinticuatro horas y humilla a ­Volodímir Zelenski, pero concede una especial bienvenida a Vladímir Putin en Alaska. Amigo de Netanyahu, pretende hacer una especie de Riviera italiana cuando ya no quede nada de la franja de ­Gaza. Bombardea Irán. Pretende introducir la pena de muerte en su país. Y, además, aspira al premio Nobel de la Paz.

Mercè Cucurny

Barcelona

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