Dejémonos de subterfugios semánticos, de terminología benevolente, de eufemismos edulcorados. No nos mostremos indiferentes ante lo que está sucediendo en la franja de Gaza. La hambruna que sufre la indefensa y torturada población sitiada y la elevadísima cifra de muertes, con un goteo diario siniestro, junto con los desafiantes discursos de Netanyahu con la anunciada devastadora operación militar, no merecen otra calificación que la de hallarnos ante un exterminio, un genocidio. Es una atrocidad sin límites que produce vergüenza e indignación, ante la cual no podemos permanecer impasibles.
José María Torras Coll
Sabadell
Mostrar comentarios