Vuelve a haber polémica por un cartel de las fiestas de la Mercè: a favor, la libertad creativa. En contra, la sensibilidad de muchos barceloneses que sienten como ridiculizan sus creencias y sus símbolos. Nada que reprochar a los dos argumentos. Sí a la incapacidad municipal de saber articularlos.
En una sociedad plural, el respeto y la tolerancia son claves. Hay que ser cuidadoso con lo que es común: el espacio público. Puede haber una exposición de manifestaciones artísticas donde ese cartel sea una de ellas. Convertirlo en el anuncio institucional son ganas de añadir más división en una sociedad que lo que necesita son espacios de encuentro, especialmente con el entorno político nacional e internacional actual. En esto, el Ayuntamiento se ha equivocado.
Carlos Losada Marrodán
Suscriptor Barcelona