“Francamente, quizás haya que echar a España de la OTAN”, decía Donald Trump en su reunión con el presidente finlandés. Trump, aspirante convencido al Nobel de la Paz y personaje cuando menos polémico, por no decir caprichoso e imprevisible, no ha olvidado que España no se plegara a sus deseos del gasto del 5% del PIB en defensa en su contribución a la OTAN. Los escarceos con la Alianza de España se remontan a antes del referéndum del “OTAN, de entrada no” de 1986, cuando la opinión pública estaba entonces mayoritariamente en contra de la entrada en la Alianza. La soberanía y la decisión de un pueblo y un país están por encima de todo. Parodiando aquel célebre “más vale honra sin barcos que barcos sin honra” del marino Méndez Núñez en la guerra del Pacífico, hay que pensar que “más vale honra sin OTAN”.
Francisco José Eguibar Padrón
Madrid