Protestas violentas

Cada vez es más común ver como protestas organizadas para luchar por el entendimiento y la paz terminan en incendios, destrozos o enfrentamientos con la policía. Cuesta entender cómo se ha llegado a este punto. Da rabia lo sucedido el miércoles durante las movilizaciones por Palestina en Barcelona.

Entristece pensar que una causa justa se vea manchada por la violencia de unos pocos. Protestar debería servir para hacerse escuchar, no para destruir. Cuando se recurre a la violencia, se pierde la razón por completo. Es un tremendo error olvidar que las ideas y el respeto pesan mucho más que los golpes.

Guillermo Cottet Casanovas

Barcelona

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