Desde hace casi cuatro años lucho contra un cáncer. El pasado día 21, durante la quimioterapia, todo transcurría con normalidad hasta que noté un fuerte enrojecimiento y dificultad para respirar. Pulsé el botón de alarma y la enfermera acudió enseguida. En ese instante, mi vista se nubló y vi un destello de luz… y una figura al fondo, con una camiseta amarilla firmada por todos los jugadores del Espanyol que me llamaba. “¿Cómo puedes llamarme ahora?”, le dije. “No me lo puedo perder, estamos a punto de celebrar el 125.º aniversario del club y soy socio desde hace más de 45 años”. Entonces me miró con complicidad y me dijo entregándome la camiseta: “Vuelve... y disfrutemos juntos este año perico”.
Desperté rodeado de siete profesionales sanitarios que acababan de reanimarme; había sufrido una reacción alérgica grave. Tras un día en la UCI, todo salió bien. Esta historia, real con un toque de imaginación, me hace pensar que si el Espanyol ha llegado hasta aquí superando tantas dificultades quizá, solo quizá, Dios también sea perico. Lo más importante, seguimos aquí luchando y disfrutando de nuestras cosas. Feliz 125.º aniversario a todos los pericos.
Salvador de Tudela Edo
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