Es una realidad que barrios como Sant Antoni, Poble Sec o Gràcia se están llenando de cafés hipster, restaurantes de países extranjeros y de tiendas que pretenden acercarnos a otras culturas, dejando la nuestra de lado, como si ya no estuviera de moda.
Deberíamos replantearnos el hecho de que cueste encontrar un restaurante donde comer platos típicos de aquí, y que podamos encontrar en cada calle restaurantes de sushi, pizza, o cadenas de hamburgueserías. No se trata de frenar la modernización de Barcelona y sus barrios, sino que tiene que convivir nuestra cultura tradicional con los intereses turísticos, haciendo que nuestra cultura también se vea interesante, y no camuflándola.
Barcelona puede y debe modernizarse y puede y debe seguir siendo nuestra.
Oriol Elies Ruiz
Barcelona