A los treinta, la vida se llena de preguntas que nadie te hace, pero todos parecen responder por ti. Se da por hecho que ya deberías tener estabilidad, una relación, quizá hijos, y una calma que a veces no llega.
No nos estresemos. No hay prisa en encontrar lo que te da sentido. La vida no se mide en logros, sino en el modo en que elegimos vivirla.
Cristina Barbero Romero
Sevilla
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