La sanidad pública española atraviesa una situación crítica. Las listas de espera para consultas y pruebas se prolongan semanas o meses, obligando a miles de ciudadanos a convivir con dolor e incertidumbre. La salud es un derecho básico, no un privilegio.
Cada retraso implica riesgos graves que podrían evitarse con una gestión eficaz. Los ciudadanos pedimos medidas concretas: cubrir plazas vacantes, reforzar servicios colapsados y respetar los tiempos de espera establecidos. La desconexión entre necesidades reales y decisiones políticas resulta alarmante.
Proteger la sanidad pública es responsabilidad de todos. Solo con planificación, inversión y compromiso real se podrá garantizar que nadie espere meses para recibir la atención que merece. Actuar ahora es imprescindible.
Naiara Rodríguez Padilla
Barcelona