La Casa de l’Aigua en tiempos de sequía

Las Fotos de los Lectores

Construida entre 1915 y 1919 en Trinitat Vella, el edificio modernista alberga un complejo subterráneo

Ampliar Visita a la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Túnel de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Diego Pastor

* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia

Recientemente he tenido la ocasión de visitar las instalaciones de la Casa de l’Aigua de Barcelona. Lo hice en grupo, junto a otros compañeros de la Agrupació Fotogràfica de Catalunya y elaboré este reportaje para Las Fotos de los Lectores de La Vanguardia

Y lo primero que he de decir, atendiendo a mi impresión inicial, es que me llevé una sorpresa mayúscula, sobre todo cuando bajé a los subterráneos de los que luego hablaré. En resumen: enorme descubrimiento. Y, a propósito de ello, reconozco que es una lástima que hayan en Barcelona recintos desconocidos de esta naturaleza, o conocidos tan solo por unos pocos. 

Es entonces cuando te planteas que resulta, como mínimo desconcertante, que siendo estos espacios tan interesantes e importantes para la ciudad, ya sea por su función presente o histórica, a la vez que muy atractivos por su estilo arquitectónico, su aliciente estético, su atmósfera y su singularidad, permanezcan en el desconocimiento de la mayoría de los ciudadanos. 

También es cierto que, en ocasiones, ese desconocimiento viene dado por no haberse empleado más empeño en darlos a conocer por parte de la administración local encargada. Y no menos cierto, en mayor medida a mi juicio, que en otros casos hemos sido los propios barceloneses los que no hemos prestado atención a nuestros lugares de interés común, así como de ignorarlos después de haber tenido constancia de su existencia. 

Y así lo afirmo, poniéndome como ejemplo, porque yo mismo he sido una de esas personas totalmente ajenas a la Casa de l’Aigua hasta ahora, como, me imagino, que lo soy también a otros establecimientos cercanos de interés sobre los que no me he molestado en documentarme. 

Ampliar Exterior de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Exterior de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Diego Pastor

Quizá sea esta una muestra de la falta de comunicación entre la ciudadanía y la administración encargada de la difusión y el aliciente cultural urbano, aunque mucho me temo que sea ese presunto destinatario de la difusión, el residente, el menos receptivo para que tal coordinación se produzca con éxito, ya sea por su falta de interés, pasividad u orden personal de prioridades.

Desde el inicio de la visita nos acompañó un amable encargado de la instalación, que nos ofreció una extensa introducción nada más comenzar. Y nos guio después a lo largo de todo el recorrido, deteniéndonos en los lugares que consideró oportunos, donde amplió sus explicaciones con detalles específicos sobre ellos. Ahora mismo me explico, pero debo confesar que ya en su momento, al final de la visita, creo recordar, hube de pedir disculpas al guía, que aceptó comprensivamente. Y hasta él mismo reconoció que era fácil de entender en nuestro caso, pues sabía de nuestra afición a la fotografía y del carácter de la agrupación que había concertado la visita. 

Ampliar Escaleras de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Escaleras de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Diego Pastor

La explicación es muy sencilla: yo llevaba la cámara conmigo, como otros compañeros, y, en ocasiones, sobre todo aprovechando las paradas, me alejaba unos metros del grupo para tomar fotos de lo que me parecía más destacable o fotogénico. No estuvo bien dejar de escuchar al guía, pero no pude dejar escapar la ocasión de retratar aquel hallazgo.

Después me extenderé un poco más en los detalles más técnicos e históricos de la Casa de l’Aigua, pero, sobre el terreno, la sensación más impactante que me asaltó al principio se produjo al bajar al subterráneo de la instalación, por donde discurre un largo túnel provisto de una no menos larga y grande tubería de cemento, así como otras galerías de paso, escaleras de comunicación de los distintos niveles, depósitos de agua en extensas salas, una de ellas con columnas, instalaciones de luz centenarias, en fin, una maquinaria industrial fuera de uso que tuvo un papel muy relevante en el abastecimiento de agua a la ciudad en tiempos pasados. Todo ello, en su conjunto, personalmente me sobrecogió. 

Ampliar Interior de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Interior de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Diego Pastor

La sensación más impactante al principio se produce al bajar al subterráneo por donde discurre un largo túnel

Sentí frío en ese subterráneo lóbrego, a veces oscuro y siniestro, cubierto de una pátina de tiempo detenido e inhóspito. Mi personal percepción no quiere decir que, en realidad, las instalaciones estuvieran abandonadas y mal cuidadas, sino todo lo contrario. 

El trabajo de conservación que se ha llevado a cabo es encomiable, pero yo me dejé llevar por la imaginación y la fantasía de la sordidez que seguramente existía con anterioridad a la rehabilitación.

Como buen cinéfilo que soy, no pude evitar sentirme en un enorme set de rodaje donde filmar una de esas películas de ciencia ficción de moda, de mundos y épocas distópicas que tanto se llevan ahora en las pantallas. 

Ampliar La Casa de l’Aigua de Barcelona parece un escenario de película.

La Casa de l’Aigua de Barcelona parece un escenario de película.

Diego Pastor

Tenía ante mí subterráneos de complejos industriales y grandes silos donde refugiarse en un planeta devastado por la barbarie humana, o me veía recorriendo los restos habitables, aunque inhóspitos, repletos de engranajes y materiales de hierro y cemento sucio y gastado, resultado de una guerra nuclear acaecida en la superficie de la tierra, ahora contaminada por supuestos gases letales, o bien aterrado con las extrañas máquinas extraterrestres que acechaban a grupúsculos de seres humanos supervivientes de una contienda planetaria. 

Mi imaginario cinematográfico no pudo evitar experimentar esta clase de fantasías. Y aún sigo pensando que sería una localización magnífica para acondicionar y rodar una película de este género. Cierto es que una verdadera guerra rondó por este lugar, la del 36 en España, cuando el subterráneo se utilizó ocasionalmente como refugio antiaéreo, pero que fue rápidamente descartado por el peligro que entrañaba utilizar un punto tan estratégico como era este, del que dependía el suministro de agua a la ciudad, susceptible de ser bombardeado por la aviación franquista.

Ampliar Explorando el interior de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Explorando el interior de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Diego Pastor

Una verdadera guerra rondó por este lugar, la del 36 en España, cuando el subterráneo se utilizó ocasionalmente como refugio antiaéreo

Citando fuentes municipales públicas y escritas, puedo hacer constar que entre 1915 y 1919 la compañía pública municipal barcelonesa Aigües de Montcada construyó donde hoy está el barrio de la Trinitat Vella la Casa de l’Aigua, edificio modernista que albergaba un complejo industrial que cumplía la función de bombeo y planta para el almacenamiento del agua, y desde la que se impulsaba hasta el depósito ubicado en la actual Trinitat Nova. En este segundo punto el líquido se cloraba y enviaba hacia la Barceloneta y el casco antiguo. 

El proyecto contemplaba también el abastecimiento del Eixample, pero esta fase no llegó a culminarse. En 1989 dejó de utilizarse y cayó en la ruina y la degradación, para convertirse en un espacio propicio para su ocupación nada deseable y peligrosa. 

Ampliar Instalación subterránea de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Instalación subterránea de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Diego Pastor

Fue en el año 2015 cuando se restauró y se convirtió en el equipamiento que es hoy, y que ofrece, además de las visitas al antiguo reciento, una sede asociativa del barrio, con actividades lúdicas y culturales, junto a usos museísticos vinculados en Museo de Historia de Barcelona. 

En 1989 dejó de utilizarse y cayó en la ruina y la degradación, hasta que se restauró en el año 2015

Aunque sin dudarlo, al menos para mí, uno de los grandes atractivos de la visita, y doy fe de ello, es la posibilidad de recorrer el túnel subterráneo que conecta la Casa de la Trinitat Vella con la Nova, atravesando la Avenida Meridiana. Cuenta el establecimiento con tres espacios fundamentales, los pabellones que contienen la Sala Polivalente y el vestíbulo, que se complementan con grandes patios exteriores, los Depósitos – Sala Hipóstila y la Sala de Claus y la Galería de conexión por debajo de la citada Avenida Meridiana.

Ampliar Detalle de las instalaciones subterráneas de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Detalle de las instalaciones subterráneas de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Diego Pastor

Uno de los grandes atractivos de la visita es recorrer el túnel subterráneo que conecta la Casa de la Trinitat Vella con la Nova, atravesando la Avenida Meridiana

Estoy convencido de que la visita impresionará a quien no lo haya hecho ya, y espero que esta crónica sirva de motivación para reservar las entradas sin demora. 

Ampliar Túnel con tuberías.

Túnel con tuberías.

Diego Pastor

Es posible que más tarde, al regresar a casa, abras el grifo del agua, y el recuerdo de un largo túnel te lleve, como mínimo, a la época esplendorosa del imperio romano y su ingeniería. Ese túnel del tiempo peliculero al que me he referido antes.

Veremos si he logrado captar con las fotografías que comparto la esencia y la atmósfera que he intentado narrar aquí.

Ampliar Columnado subterráneo de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Columnado subterráneo de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Diego Pastor
Ampliar Explorando las instalaciones subterráneas de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Explorando las instalaciones subterráneas de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Diego Pastor
Ampliar Una bañera en la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Una bañera en la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Diego Pastor
Ampliar Claroscuros en el subsuelo de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Claroscuros en el subsuelo de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Diego Pastor
Ampliar Interior del complejo de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Interior del complejo de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Diego Pastor
Ampliar Siguiendo un túnel de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Siguiendo un túnel de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Diego Pastor
Ampliar Interior de la Casa de l’Aigua.

Interior de la Casa de l’Aigua.

Diego Pastor
Ampliar Edificio modernista de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Edificio modernista de la Casa de l’Aigua de Barcelona.

Diego Pastor
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