Rosalía renace en la oscuridad de 'Berghain'

La Mirada del Lector

Domina el arte de iluminar el marketing y, como demuestra el lanzamiento del disco 'LUX', no es solo música

Rosalía Berghain

La mirada de Rosalía en 'Berghain'.

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* El autor forma parte de la comunidad de lectores de La Vanguardia

Rosalía ha vuelto, y lo ha hecho desde las entrañas del techno berlinés. Su nueva canción, Berghain, toma el nombre del mítico club de Berlín, pero lo transforma en un símbolo: el del renacer de una artista que ha decidido reinventarse, una vez más, desde el exceso, el misticismo y la carne.

Desde los primeros versos en alemán “Seine Angst ist meine Angst / Seine Wut ist meine Wut” (“Su miedo es mi miedo / Su rabia es mi rabia”), Rosalía declara un pacto espiritual con el otro. Ya no canta al amor romántico, sino a una fusión total, casi religiosa. Es el eco de una misa tecno, una letanía compartida en la penumbra de la pista.

Pero detrás de la solemnidad hay heridas. “Die Flamme dringt in mein Gehirn ein / wie ein Blei-Teddybär” (“La llama penetra mi cerebro / como un peluche de plomo”), recita con una mezcla de ternura y peso existencial. La artista parece hablar de la carga emocional de haber sentido demasiado, de guardar tanto en el corazón que este se vuelve denso, metálico.

Cuando cambia al español, la voz se vuelve más humana, más frágil: “Yo sé muy bien lo que soy, ternura pa’l café, solo soy un terrón de azúcar. Sé que me funde el calor, sé desaparecer, cuando tú vienes es cuando me voy.” Aquí aparece la Rosalía más íntima, consciente de su disolución en el amor, pero también de su poder para desaparecer y reinventarse. Es la mujer que ha hecho del cambio su identidad.

Rosalía, en un video promocional del nuevo single

Rosalía, en un video promocional del nuevo single 'Berghain'.

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El giro final en inglés irrumpe como una plegaria profana: “This is divine intervention”. Y de pronto, la espiritualidad se entrelaza con lo erótico, con lo salvaje, con una repetición que roza el trance: “I’ll fuck you till you love me.” No es obscenidad gratuita, sino un grito de desesperación, una súplica por ser vista, amada, salvada.

Berghain no busca agradar, sino provocar. Es una pieza que mezcla liturgia, deseo y dolor con una producción que recuerda al techno berlinés más crudo y al avant-pop más espiritual. Si Motomami fue la deconstrucción, Berghain es la reconstrucción: la prueba de que Rosalía ya no necesita ser comprendida para ser trascendente.

En un mundo donde el pop tiende a lo complaciente, Rosalía ha elegido lo contrario: el riesgo, el exceso, la incomodidad. Y en ese abismo ha vuelto a nacer.

Ampliar La artista Rosalía publica 'Berghain' con Björk e Yves Tumor.

Rosalía, en el videoclip de 'Berghain'.

SONY MUSIC SPAIN / Europa Press

El lanzamiento de 'LUX'

Sorpresa, misterio y omnicanalidad

Cuando Rosalía lanza un disco, no solo estrena música: inaugura un universo. Con LUX, su próximo álbum, la artista catalana vuelve a demostrar que su poder no se mide únicamente en notas o métricas de streaming, sino en la capacidad de convertir cada lanzamiento en una experiencia total. Más que una campaña, lo suyo es una declaración estética, emocional y, por supuesto, comercial.

El anuncio de LUX, previsto para el 7 de noviembre de 2025, no fue una simple publicación en redes. Rosalía jugó al enigma: partituras, símbolos religiosos, mensajes con la palabra “luz” y fragmentos visuales que parecían sacados de un códice medieval digital. Todo comenzó como un rumor entre fanes y terminó convertido en fenómeno global.

Carteles en la plaza de Callao, pantallas en Times Square, una transmisión en directo en TikTok e Instagram y una preventa exclusiva en su tienda oficial: el despliegue fue total. En un mundo saturado de lanzamientos, Rosalía entiende que la atención no se pide, se conquista. LUX no se promociona, se revela. 

“Lux” significa “luz” en latín, y en este título se condensa la idea de revelación, de búsqueda, de trascendencia. Musicalmente, se anticipa un trabajo coral, orquestal, espiritual y experimental. La artista ha dejado claro que “no suena como nada anterior”, una promesa que resuena tanto en lo sonoro como en lo simbólico. 

Aquí no hay un simple cambio de sonido: hay un cambio de piel. Rosalía se ha convertido en su propio género, y LUX parece ser su testamento de madurez creativa.

Aquí no hay un simple cambio de sonido: hay un cambio de piel. Rosalía se ha convertido en su propio género

En los meses previos, se filtraron fechas y rumores que enfadaron a la artista, pero incluso el descontrol fue parte del relato: silencio calculado, señales en redes, guiños a los fanes, rumores virales. El anuncio final fue una jugada maestra: una especie de “yincana” urbana en el centro de Madrid que culminó con la confirmación oficial. 

Un espectáculo pensado para las cámaras y las redes, que convirtió la ciudad en parte del storytelling; y en un ecosistema digital donde los algoritmos gobiernan, Rosalía demuestra que el control de la narrativa sigue siendo poder. Rosalía ha comprendido mejor que nadie que el público ya no consume canciones, sino experiencias. LUX es la materialización de esa comprensión: el álbum como evento, como manifiesto visual y como experiencia inmersiva.

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Rosalía a su llegada a Callao en una aparición sorpresa para presentar su cuarto álbum, anoche, en Madrid. 

Juanjo Martín / EFE

Sin embargo, esta sofisticación tiene un riesgo: que el envoltorio supere al contenido. Si Motomami fue el estallido de libertad y ruptura, LUX promete introspección y misticismo, pero solo cuando suene podremos saber si la “luz” que promete es revelación o reflejo.

El caso de LUX muestra cómo el marketing puede trascender su función comercial para convertirse en una extensión del arte. Rosalía no está simplemente vendiendo un disco: está proponiendo una experiencia sensorial y simbólica que redefine los límites del pop.

En un panorama donde la atención es el recurso más escaso, su estrategia es tan brillante como su título: iluminar el ruido, generar conversación y elevar la música. En definitiva, LUX no es solo un lanzamiento: es una lección magistral de cómo se comunica con el arte en el siglo XXI.

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Màrius Folch
Portada del nuevo álbum de Rosalía, 'Lux', proyectada en la plaza de Callao, a 20 de octubre de 2025, en Madrid (España). La cantante catalana Rosalía ha aparecido en la plaza de Callao de Madrid por sorpresa para anunciar su cuarto álbum de estudio se llamará ‘Lux’ que se publicará el 7 de noviembre, después de tres años de la publicación de ‘Motomami’ en 2022. Esto se ha producido después que aparecieran en redes varias imágenes de un anuncio en Times Square de Nueva York para compartir la salida de su nuevo proyecto.
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