Jaume Torruella cumplió 100 años el pasado 29 de octubre y es suscriptor de La Vanguardia desde hace 75. El día de su centenario lo celebró leyendo un día más el diario. Nació en el barrio de La Bonanova, en Barcelona, y trabajó toda la vida vendiendo seguros.
Su hija Gemma, que vive con él actualmente, le ayuda a cuidarse después de una operación de fémur. Fue ella quien contactó con La Vanguardia para dar a conocer la lealtad de su padre hacia su periódico de toda la vida.
Jaume Torruella con la portada del día del su cumpleaños.
“Llevo siendo suscriptor de La Vanguardia desde los 25 años”, cuenta Jaume. Relata que, en ese momento, el periódico llevaba un tiempo sin aceptar nuevos suscriptores. “Tenía un amigo que trabajaba en el taller del periódico y le comenté que estaba intentando suscribirme, pero que no me aceptaban”, explica. Su amigo le dijo que le diera sus datos y que él se lo arreglaba todo. Poco tiempo después, el ahora centenario ya era socio de La Vanguardia.
Tenía un amigo que trabajaba en el periódico y le comenté que quería suscribirme
Jaume tiene claro quién ha sido siempre su periodista favorito. Se trata de Manuel Del Arco, un entrevistador y caricaturista que, entre 1953 y 1972, publicó una entrevista diaria en La Vanguardia. Por sus páginas pasaron desde artistas como Lola Flores o Dalí hasta los políticos más relevantes de la época, como Manuel Fraga.
“Era muy bueno, hasta hablando de política escribía de manera que todo el mundo podía entender lo que decía”, comenta Jaume. En lo que respecta a periodistas actuales, destaca el trabajo de Joaquín Luna y del adjunto al director, Enric Juliana.
Jaume leyendo 'La Vanguardia'.
“Me leo La Vanguardia de arriba a abajo todos los días”, cuenta. Lo que más disfruta leyendo son las entrevistas, las lee todas, “sean a quien sean”. Las otras secciones que más le interesan son Política y los escritos del director del periódico, Jordi Juan, publicados en la segunda página del diario.
El periodista favorito de Jaume es Manuel Del Arco, entrevistador de 'La Vanguardia' entre 1953 y 1972
Hace poco, Jaume sufrió una caída mientras estaba en la montaña, que acabó derivando en una operación de fémur. Ahora, un día normal para él es quedarse en casa, caminar con ayuda del andador e intentar hacer algún ejercicio de los que le manda su fisioterapeuta. “En mi vida normal, mi día a día empieza cuando salgo a caminar por el parque y me siento en un banco a ver pasar a la gente”, recalca.
Su principal afición es leer, tanto libros, como periódicos y revistas que le suele traer su sobrina. Presume de tener una librería muy bonita y con muchos títulos, la mayoría de ellos sobre historia, su tema favorito. “Me gusta saber cómo era la vida de la gente hace miles de años”, cuenta, bromeando con que la de hace 100 años no le interesa, ya que esa la conoce de primera mano.
Jaume Torruella y su hija Gemma.
Jaume, con la experiencia de alguien que ha vivido ya un siglo, tiene un consejo para los jóvenes: “Que sean decididos. Las cosas, o se hacen con decisión o no se hacen. Eso no significa que no se puedan equivocar, claro que pueden, pero hay que hacerlo todo con decisión y valentía”.
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