Siguen sin ser más

The situation room

Siguen sin ser más
Iván Redondo

El chico de Queens, Donald Trump, obtuvo 63 millones de votos en el 2016. Fueron tres millones menos que Hillary Clinton que, organizados en los estados clave, finalmente se llevaron el colegio electoral, que es quien inviste al presidente en los Estados Unidos. La participación entonces fue del 55%. Cuatro años después, con más votos en las urnas, Joe Biden, se disparó hasta los 81 millones, siete millones más que Trump. Aunque perdió las elecciones, el magnate creció siete millones en voto popular, pero en Europa, como siempre, quisimos tranquilizarnos con lo de la toma del Capitolio y con lo de que un convicto no podría ostentar nunca la presidencia. Pensando que esos hitos y otros lo descartarían para siempre, sucediendo todo lo contrario.

En el 2024, Trump superó los 77 millones de votos. Y hay un dato demoledor: son 14 millones más que en su primera elección, cierto, lo que nos da la justa medida del fenómeno de reemplazo de la derecha autoritaria, que va más allá del conflicto estratégico entre Steve Bannon o Elon Musk, para que EE.UU. vuelva a ser un imperio. Pero, aún así, las cifras siguen siendo claras: la segunda victoria de Trump no llega ni de lejos al gran canto de cisne de la victoria de Biden en el 2020. Siguen sin ser más.

“Europa aún podría tener opción ante la derecha autoritaria, ganando autonomía estratégica”

Diríamos que los de Trump, siendo exuberantes en número y forma, tampoco son más que los viejos liberales en retroceso. Diríamos también que lo de la derecha autoritaria viene ya de lejos, desde el 2016 por lo menos. Es, por tanto, la reacción a la era Obama, que la vieja democracia liberal, sin el diagnóstico adecuado, no ha sabido gestionar asegurando un lugar en el mundo a miles y miles de ciudadanos. En una frase: no han sabido ofrecer un proyecto de vida a la mayoría frente al futuro terror. Y, por todo ello, en términos relativos, Trump pasó del 46%, en el 2016, al 50%, en el 2024.

Europa todavía podría tener opción. Ganando autonomía estratégica. Vayamos a Francia. En las presidenciales del 2017, Marine Le Pen obtuvo 10 millones largos de votos, frente a los 20 de Emmanuel Macron. De cada tres franceses que votaron, dos lo hicieron a favor del apuesto banquero parisino y uno, a favor de la líder autoritaria. No había color, pensamos entonces, convencidos de que este nuevo liderazgo a lo Trudeau, o antes Obama, era el reemplazo perfecto del sistema frente a algo que interpretamos como el pasado, el viejo Frente Nacional. Grave error. En el 2022, la diferencia entre Macron y Le Pen solo fue de cinco millones, ya era la mitad. Le Pen aumentó tres millones, mientras que Macron retrocedió dos. Seis de cada diez franceses optaron, además, por Macron, como viejo liberal, por cuatro que lo hicieron por la futura líder autoritaria. Hasta el punto que, en el 2024, esta derecha autoritaria francesa venció en las elecciones europeas, hablándonos, igual que el chico de Queens, de que el reemplazo de la derecha francesa eran ellos y no quien dijeran las élites de París. Pensábamos que el joven Macron era el futuro, sucediendo, como en EE.UU., lo contrario. Aunque, por poco, siguen sin ser más.

WASHINGTON, DC - JANUARY 20: (L-R) U.S. President Donald Trump takes the oath of office as his wife Melania Trump holds the bible and his son Barron Trump looks on, on the West Front of the U.S. Capitol on January 20, 2017 in Washington, DC. In today's inauguration ceremony Donald J. Trump becomes the 45th president of the United States. Chip Somodevilla/Getty Images/AFP == FOR NEWSPAPERS, INTERNET, TELCOS & TELEVISION USE ONLY ==

Trump, en el juramento como presidente en el 2017, junto a su esposa y su hijo

Hagamos zoom sobre España. Este lunes, 20 de enero, veremos a Santiago Abascal como invitado de Trump en su investidura y confirmaremos que el presidente de Vox, a fecha de hoy, tiene el mejor álbum fotográfico de la derecha autoritaria en España. Alberto Núñez Feijóo no estará presente ni invitado. Tampoco José María Aznar, a pesar de su amistad con Marco Rubio. Esa imagen transmite un mensaje al PP: Abascal, con su misma presencia en el gran escenario del Capitolio, tiene asegurado el ticket vicepresidencial si da la suma de las derechas. En España, seguimos también sin ser más, pero, como en Francia o próximamente en Alemania, cada día están en mejor posición para ser peones de Trump.

Para el que no se haya dado cuenta todavía: Vox no es el viejo bipartidismo ni la Constitución del 78. Es la acción de oro de Trump. No se asientan sobre el orden territorial del Estado de las autonomías, ni sobre el consenso de la Comisión Europea. Las lecturas adecuadas contribuyen a afinar. Estamos en un tiempo de recomposición política en el que toda una generación, los más jóvenes y los no tanto, ya está sufriendo en lo económico la regresión de la globalización y su falta de equidad y oportunidades. Y en el que las viejas élites y espacios electorales de la democracia liberal no son capaces de afrontar el signo de los tiempos. Siguen sin ser más, aunque no sabemos por cuánto tiempo.

Mostrar comentarios
Cargando siguiente contenido...