El Govern de Salvador Illa ha basado su inicio de mandato en la recuperación de la normalidad política en Catalunya para enfocarse en la gestión. Aunque la confrontación de la época del ‘procés’ ha quedado atrás, el principal partido de la oposición en Catalunya, Junts, se obceca en cuestionar el salto adelante abonado por el Ejecutivo socialista y considera que “no hay normalidad” sino “parálisis, inacción y renuncia” como consecuencia de los primeros meses de gestión del Govern.
En la sesión de control al Govern celebrada en el Parlament este miércoles, Illa trató de defender los brotes verdes que se pueden atribuir en buena parte a su mandato, frente a la visión absolutamente pesimista del partido de Carles Puigdemont. Illa sacó pecho por que el PIB en Catalunya haya superado por primera vez los 300.000 millones de euros, por que la tasa de paro sea la más baja de la historia en la comunidad, por que las sedes de grandes empresas hayan vuelto a Catalunya y por la rebaja fiscal acordada esta misma semana con ERC, que permitirá que las rentas menores de 33.000 euros paguen menos de IRPF.
En definitiva, para el president estas medidas permiten que Catalunya “vaya adelante” en su propósito de “liderar económicamente España” y aunque “hay cosas a seguir mejorando”, Illa emplazó a los posconvergentes a “que nos ayuden”, sin embargo el portavoz de Junts, Albert Batet, dibujó un panorama bien distinto.
"Catalunya necesita ser un país próspero e independiente”
“¿Cree que es normal no presentar presupuestos incumpliendo su primer compromiso como president?”, cuestionó el diputado, a lo que adjuntó otras preocupaciones, como el hecho de que se recte paciencia a los usuarios de Rodalies, “gobernar a pedazos”, tratar de aprobar los presupuestos “por puerta de atrás” a través de varios decretos de incrementos de crédito, “enterrar el Hard Rock”, que haya inversiones empresariales que prioricen Aragón por “el riesgo de apagón energético”, los ceses en la DEGAIA y la falta de explicaciones al respecto, o el pronunciamiento del director de la Casa de la Generalitat en Perpiñán en contra del término Catalunya Nord.
Este panorama hace concluir a Junts que “en Catalunya no hay normalidad. Hay parálisis, inacción y renuncia por parte de su gobierno. Y Catalunya necesita ser un país próspero e independiente”, advirtió Batet.
La Catalunya Nord
ERC acusa a Illa de ·negar una realidad cultural que no ha podido borrar la frontera”
La polémica sobre el director de la Casa de la Generalitat en Perpiñán, Cristopher Daniel Person, fue el motivo de las quejas de ERC. El portavoz, Josep Maria Jové, afeó al president que el representante asegurara que no usa el término Catalunya Nord en la región del sur de Francia donde está presente la cultura y la lengua catalana en pro de la neutralidad política, pero para Jové “no es neutralidad sino una decisión política plenamente consciente porque niega una realidad cultural que no ha podido borrar la frontera”.
El dirigente republicano reprochó a Illa que sea el único president de la Generalitat que tampoco se haya referido a la Catalunya Nord como tal: “Basta eufemismos que rozan el ridículo y que acaban siendo ofensivos”, advirtió, a lo que el president respondió asegurando que no tiene ningún problema con la denominación y que le importa más el apoyo al catalán en la región, que es fundamentalmente la tarea que tiene la Casa de la Generalitat en Perpiñán, junto a la promoción de la cultura catalana.
“Expreso mi compromiso con la Casa de la Generalitat en Perpiñán, creada por gobiernos progresistas y la que me siento heredero. Mi compromiso es máximo”, incidió el president, quien aseguró que “no niego ninguna denominación ni entro en debates nominalistas” y antepuso el hecho de que “nunca ha habido tanto apoyo económico a La Bressola como ahora”. Illa zanjó la cuestión remarcando que su “compromiso es máximo en defender el catalán, la cultura catalana y los intereses de Catalunya en este territorio.
Cierre de líneas de la escuela pública
Illa justifica la medida por el descenso en 30.000 el número de alumnos del próximo curso
En el turno de la líder de los Comuns, Jéssica Albiach, la dirigente cuestionó al president sobre el cierre de 111 líneas de la escuela pública para el año que viene, un hecho que ha provocado que plataformas en defensa de la escuela pública como 'La Pública, l'Escola de Tothom', haya convocado concentraciones de protesta por toda Catalunya el próximo sábado. Illa ha justificado la medida por el descenso del número de alumnos que se registrará en el próximo curso, unos 30.000 según citó, pero reafirmó su compromiso con la ¡educación pública asegurando que no se cerrará ni un solo colegio público.
“Habrá 30.000 alumnos menos el año que viene” de manera que “se reordenan algunos grupos” y “la ratio media de alumnos será de 19, cuando se hablaba siempre de un estándar de 25”, explicó el president, quien incidió en su “compromiso máximo” con la educación pública pero alegó que “si hay menos alumnos se adapta la oferta sin cerrar ninguna escuela pública, lo remarco”.
Albiach cuestionó las explicaciones del president porque la medida no ha sido consultada con muchos alcaldes, incluso algunos socialistas. Además, reclamó rectificar la medida y, en todo caso, cerrar líneas de la concertada y no de la pública. “Esta crisis se soluciona bajando contundentemente las ratios, escuchando a la comunidad educativa, reconociendo al profesorado y avanzando hacia el 6% del PIB que se tiene que destinar a la educación. No lo arreglarán con convenios de la OCDE”, advirtió Albiach.