El Pacte Nacional per la Llengua ha cristalizado este martes con un acto solemne en la sede del Institut d'Estudis Catalans (IEC) que han liderado Salvador Illa y el conseller de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila, acompañados de partidos, entidades, sindicatos y patronales. El documento plantea nueve horizontes u objetivos de aquí al 2030, entre ellos la incorporación de unos 600.000 nuevos catalanoparlantes.
Este primer documento, de 138 páginas (ver documento adjunto en este artículo), marca medidas, pero abundan más los objetivos. Para que se cumplan se destinarán mínimo unos 200 millones de euros por año hasta el 2030. Serán 256 millones para el primer año en ámbitos que van desde la educación y la universidad, hasta el mundo laboral, la salud, la cultura o la tecnología entre otros. La Conselleria de Política Lingüística pretende que el número de personas que sepan hablar catalán aumente por encima del ritmo de crecimiento demográfico. Un crecimiento demográfico que se da básicamente gracias a la inmigración.
En septiembre del 2021 el Parlament aprobó la elaboración de un amplio acuerdo para la defensa y promoción de la lengua catalana- Se le llamó Pacte Nacional per la Llengua y en un primer momento fue liderado por el Govern de Pere Aragonès y ha sido rubricado hoy por Salvador Illa pero con las ausencias de Junts y la CUP.
El Pacte pretende que el catalán sea una lengua “plenamente oficial en las instituciones públicas, empresas y servicios” catalanes. Esto implica “garantizar la presencia efectiva del catalán” en todos los niveles de la administración pública, en el sistema judicial, los servicios y el sector privado.
Illa emplaza a llevar el Pacte “del papel a la calle”
Se plantea también “trabajar de manera transversal para conseguir el reconocimiento oficial de la lengua catalana en la Unión Europea”. Un punto, este último, que Carles Puigdemont puso como condición para que Junts se sume en un futuro al Pacte.
En lo que respecta al ámbito de la educación, el documento defiende el catalán como “lengua vehicular normal del sistema educativo” y apuesta por que el Pacte garantice su “conocimiento efectivo por parte del alumnado”. Además, reconoce “el papel central del mundo del trabajo a la hora de construir una sociedad lingüísticamente cohesionada”, por lo que también se reforzará su uso en este ámbito, y se incrementará y diversificará la oferta cultural y mediática para impulsar la presencia del catalán en todos los formatos y canales, especialmente en los ámbitos digitales y audiovisuales.
Al acto han acudido representantes del PSC, ERC y Comuns; las entidades relevantes en pro de la lengua catalana como Òmnium Cultural o Plataforma per la Llengua; asociaciones civiles l'Associació de Mestres Rosa Sensat o la Taula del Tercer Sector Social, y agentes económicos como CC.OO., UGT, La Intersindical, Foment del Treball, Pimec y Unió de Pagesos. Se esperan nuevas incorporaciones en los próximos días, como la Associació Catalana de Municipis (ACM) , que preside la exconsellera con Quim Torra y militante de Junts, Meritxell Budó.
Illa ha destacado en su discurso que “hoy es un gran día para todos los catalanes” y ha emplazado a llevar el Pacte “del papel a la calle”. Al mismo tiempo ha agradecido el impulso inicial de Aragonès, así como que se haya forjado mediante el proceso participativo “más concurrido de los últimos 20 años en Catalunya”.
Òmnium y Plataforma per la Llengua ponen peros
Òmnium Cultural y Plataforma per la Llengua, dos de las principales asociaciones de defensa del catalán, están en el grupo de firmantes del Pacte Nacional. Aplauden la iniciativa e incluso Òmnium lo califica de “ambicioso”, pero critican que aún es “insuficiente” al no incorporar a Junts y la CUP, especialmente. “Corresponde al Govern garantizar que el apoyo de las organizaciones sociales que ahora tiene el Pacte, tenga también su traducción en el ámbito de los partidos políticos”, dice la entidad de Xavier Antich en un comunicado. También Plataforma per la Llengua pone sus peros. Como Òmnium, considera que el documento es un “buen punto de partida”, pero cree que faltan recursos económicos y que se queda “corto” en cuanto a las medidas, ya que no se presenta ninguna acción concreta para hacer cumplir la ley sobre el catalán. El Tribunal Constitucional está pendiente de publicar su sentencia sobre el 25% de castellano.
Hay consenso, pero no total. Junts y la CUP se han descolgado del Pacte Nacional per la Llengua, pese a que estuvieron presentes cuando el acuerdo era tan solo un proyecto primigenio. Tampoco está, por ejemplo, Ustec, el principal sindicato en educación. Considera que el Pacte carece de “medidas valientes y estructurales para defender la lengua en el día a día de los centros educativos”. Además, denuncia que el acuerdo “no contempla ninguna respuesta clara ante las posibles sentencias judiciales”, en referencia a una sentencia del Tribunal Constitucional que se está haciendo esperar sobre el 25% de castellano en las aulas. Es algo que también critican posconvergentes y cuperos, que han reprochado “la tibieza” con la cual aseguran que el Govern de Illa ha reaccionado ante las diferentes resoluciones judiciales. que, a su juicio, “atacan al modelo de escuela catalana”. Aun así, la presencia del expresident Jordi Pujol en el acto de hoy se ha interpretado entre los presentes como una enmienda a JxCat.

Jordi Pujol, en el acto de la firma del Pacte Nacional per la Llengua
Sea como fuere, el Pacte aborda los factores que condicionan la situación delicada del catalán y plantea objetivos a medio plazo. La urgencia para que el acuerdo empezara a andar se dio, sobre todo, tras la encuesta de usos lingüísticos que la Generalitat dio a conocer el 19 de febrero y que constataba que solo el 32,6% de la población en Catalunya de 15 o más años tiene el catalán como lengua única habitual -en el anterior sondeo, del 2018, era el 36,1%-, frente al 46,5% de personas que tienen el castellano como lengua habitual.
De hecho, es en los términos relativos donde el uso del catalán cae. En términos absolutos, el conseller se esforzó a señalar ya en febrero que en cinco años el número de personas que usaban alguna vez la lengua catalana había crecido en 267.000, principalmente gracias a aquellas que no la tenían como primera lengua. Así que los 600.000 nuevos catalanohablantes que se marca el Pacte per la Llengua más que duplicaría esa cifra.
En todo caso, la alarma no solo está en el porcentaje de individuos que usan el catalán, sino también en la cantidad de personas que nunca lo han usado: una cuarta parte de la población de 15 o más años. Son 1.631.800 según la encuesta de usos lingüístico publicada recientemente. Eran 799.600 en el 2003, según el mismo sondeo.