La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha quitado hierro a la reciente polémica desatada por la filtración de unos mensajes privados del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en los que la llamaba “pájara” y comentaba, en tono irónico, que “duerme con el uniforme puesto”. Lejos de mostrarse molesta, Robles ha restado importancia al asunto, subrayando que se trata de una conversación privada “de hace muchísimos años” y asegurando que se siente plenamente respaldada por el jefe del Ejecutivo.
La controversia se ha originado tras la publicación en El Mundo de una serie de mensajes que Sánchez habría intercambiado en 2020 con el entonces ministro de Transportes, José Luis Ábalos. Estos intercambios se produjeron en un contexto de tensiones internas dentro del Gobierno por la gestión de la pandemia y las diferencias respecto a la actitud hacia la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Robles, que en aquel momento se desmarcó de la línea dura del Gobierno frente a Isabel Díaz Ayuso, fue mencionada en los mensajes entre Sánchez y Ábalos, donde este la describía como “un patrimonio nacional” y Sánchez, en tono irónico, afirmaba que “se acuesta con el uniforme” y la llamaba “pájara”.
La filtración de mensajes privados reabre tensiones políticas y ofrece munición a la oposición para cargar contra el Gobierno
Los mensajes filtrados también incluyen afirmaciones sobre el exvicepresidente Pablo Iglesias, a quien Sánchez habría calificado como “maltratador” tras su decisión de abandonar el Gobierno para presentarse como candidato en las elecciones autonómicas de Madrid. Estas revelaciones han provocado una oleada de reacciones, tanto dentro como fuera del PSOE, y han sido aprovechadas por el PP para atacar al Ejecutivo, al que acusan de hipocresía y falta de respeto hacia sus propios miembros.
Pese a la presión política, Margarita Robles se ha mostrado firme y tranquila ante los medios. “Lo tomo por lo que es: una conversación privada entre dos personas sin mayor relevancia, sin mayor trascendencia”, ha declarado durante su asistencia a la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (FEINDEF). Ha recordado que lleva siete años al frente del Ministerio de Defensa y que no se siente “dolida” por los comentarios. “¿Cómo no voy a sentirme respaldada por el presidente? ¿No me ven aquí?”, ha respondido con ironía.
El PP carga contra Sánchez por sus mensajes y acusa al Gobierno de “hipocresía y descomposición”
Desde el Partido Popular, las reacciones no se han hecho esperar. Su líder, Alberto Núñez Feijóo, ha calificado de “inaudito” que Pedro Sánchez presumiera de liderar “el Gobierno más feminista de la historia” mientras mantenía en privado expresiones despectivas hacia una de sus ministras y afirmaba que su vicepresidente era un “maltratador”.
Feijóo ha acusado al presidente de incoherencia y de liderar un Ejecutivo “en descomposición” y ha advertido que los españoles tienen derecho a saber “cómo piensa realmente su presidente”, más allá del discurso público.
Por su parte, la vicesecretaria de Sanidad y Educación del PP, Ester Muñoz, ha calificado los comentarios de Sánchez sobre Robles como “una humillación” y ha dicho que, de estar en su lugar, ella habría dimitido. “Lo hemos visto antes con otros ministros. En este Gobierno parece que la falta de dignidad es un requisito”, ha sentenciado.
El PSOE cierra filas en torno a Robles y minimiza el asunto: “No merecen mucho interés”
En contraste con la oposición, la dirección del PSOE ha optado por un discurso de normalización. La portavoz socialista, Esther Peña, ha restado importancia a los mensajes y ha afirmado que el tema “no merece mucho interés” ni ha sido objeto de discusión dentro del partido. Peña ha denunciado también el carácter ilegal de la filtración, defendiendo que se trata de conversaciones privadas sin valor informativo real.
Además, la portavoz del PSOE ha negado que desde Ferraz sospechen de que el exministro de Transportes y exsecretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, haya sido quien haya filtrado los mensajes a la prensa.
La secretaria de política económica del PSOE, Emma López, ha ido en la misma línea, lamentando las implicaciones democráticas de la filtración y destacando que el tono de los mensajes de Sánchez es “súpercauteloso”. “Me preocupa que de repente unos mensajes que son privados acaben filtrados. Me cuesta ver el interés informativo de estos mensajes”, ha afirmado .