Felipe II, Puerta del Sol, Templo de Debod, Plaza de España, Puerta de Alcalá y... de nuevo a la Plaza de España. El PP tomará las calles del centro de Madrid, el próximo 8 de junio desde las 11 de la mañana, por sexta vez en esta legislatura para protestar contra la “casta de irresponsables” del Gobierno.
Eso es lo que anunció ayer, en una declaración sin preguntas, Alberto Núñez Feijóo, que respondió con la convocatoria de esta protesta ciudadana, y asumiendo que no le dan los números para una moción de censura en el Parlamento, a la “gravedad de los hechos conocidos en los últimos días”, que, según el líder popular, “ponen a prueba la integridad de un país entero”.

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, durante su declaración de ayer en la sede del partido
La “trama de corrupción” de la Moncloa, que opera mediante “prácticas mafiosas” tales como ofrecer inmunidad a delincuentes, prometer ascensos a policías que se corrompan, extorsionar a servidores públicos o amenazar a jueces y periodistas, según detalló Feijóo, busca su impunidad para permanecer en el poder “a toda costa”.
“Esta situación es inasumible para cualquier demócrata”, exclamó el jefe de la oposición, para quien la “inmoralidad” de Pedro Sánchez es “incompatible con la decencia democrática” y “hay que decir basta”. ¿Cómo? Pues ya que el presidente del Gobierno no tiene intención de renunciar y se propone agotar su mandato, el PP lo combatirá “en todos los ámbitos y todo el tiempo que dure esta agonía”: desde las Cortes hasta los tribunales, pasando por las calles.
El PSOE da por hecho de que la alianza que hizo posible la investidura no se moverá ante la ofensiva del PP
Al poco de conocerse la iniciativa del PP, el Gobierno y el PSOE respondieron: “El Partido Popular se ha creído su propia mentira”, advirtieron. “No hay ninguna trama de corrupción”, zanjan en la Moncloa.
Por eso, descartan tanto que el jefe del Ejecutivo vaya a caer, por más que así lo demande todos los días el PP y Vox, como que la mayoría parlamentaria de la investidura se vaya a romper para apoyar una moción de censura contra Sánchez que conduzca a una investidura de Feijóo como presidente, y con Santiago Abascal de vicepresidente. “Los socios no están locos”, recalcan en el Gobierno.
“No hay ninguna trama de corrupción y, por tanto, el Gobierno no va a caer, ni los socios van a apoyar una moción de censura porque no existe una trama de corrupción”, resaltan. Y tampoco creen que la nueva manifestación impulsada por Feijóo, por mucho que dispare los decibelios, vaya a ser muy masiva o tener gran repercusión.
“Los socios no nos llaman para ver qué está pasando, porque saben que no está pasando nada”, señalan. “Feijóo describe una realidad que no existe, es un teatro que no es real”, insisten. “Aquí hay mucha normalidad, gestionamos y aprobamos medidas en el Consejo de Ministros y en el Congreso”, aseguran en la Moncloa.
No obstante, ayer Feijóo apeló a los socios del PSOE –cuya “connivencia”, señaló, “les retrata solo a ellos”– y les pidió que dejen caer al Ejecutivo: “Hace siete años, dijeron que apoyaban una moción de censura para combatir la corrupción. Si fuesen consecuentes, ahora deberían hacer lo mismo, sin ninguna duda”, retó Feijóo a los dos partidos de centroderecha nacionalista –Junts, en calidad de heredero de CiU, y el PNV– que en el pasado contribuyeron a la alternancia.
La manifestación del 8 de junio en Madrid será la sexta contra el Gobierno en la presente legislatura
“Seré claro: la moción de censura para sacar la corrupción de la Moncloa no depende de mi voluntad. Depende de quienes le han dado soporte parlamentario hasta ahora. Si quieren acabar con esto, el PP sigue a disposición. Si no quieren, no tengan duda de que les arrastrará y que la mayoría de los españoles decentes les hará cómplices de esta degradación y no la olvidarán”, argumentó Feijóo.
Pero los tiempos cambian y, un día después de haber celebrado que el catalán y el euskera sigan sin ser oficiales en Europa, la mano tendida por el presidente del PP no fue bien recibida: “Este señor debe de ser muy bromista. ¿Quiere nuestro apoyo para ir todavía más en contra de la lengua catalana, como han reconocido que han hecho estos días?”, se preguntó el líder de los independentistas catalanes, Jordi Turull. “Esto es no estar bien de la cabeza”, remachó.
Y mientras los nacionalistas vascos, con quienes los pocos puentes en pie fueron dinamitados en el enfrentamiento entre el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, y el hoy presidente del PNV, Aitor Esteban, que se despidió de las Cortes el pasado marzo tras 21 años siendo la voz de la moderación y la templanza, guardaban un elocuente silencio, el socio minoritario del Gobierno de izquierdas, Sumar, tachó de “inaudito” que Feijóo se plantee encabezar una moción de censura.
Así lo calificó la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz: “Estamos ante un PP absolutamente desnortado: por la mañana dice una cosa y por la tarde la contraria”, terció precisamente desde Bilbao.
En cambio, desde las antípodas ideológicas de la izquierda plural, Vox reclamó la presentación inmediata de una moción de censura pese a estar abocada al fracaso, puesto que Feijóo solo cuenta con sus 137 escaños y los 33 de la ultraderecha –además del voto de UPN y, tal vez, el de Coalición Canaria, que le dieron el sí en su fallida investidura en el 2023–, al tiempo que se desmarcaba de la convocatoria anunciada por el PP.
Los socios del PSOE ven “inaudito” que Feijóo pida su voto y Vox se desmarca de la marcha: “No es la hora”
“No es la hora de asambleas ni de manifestaciones de partido, sino la de presentar una moción de censura que explique a los españoles cuál es la alternativa que ofrecemos –declaró Santiago Abascal, usando un inclusivo plural para Vox y el PP– a este Gobierno de delincuentes”. Sin embargo, por la tarde el líder ultra se sumó a una marcha que pretendía llegar a la Moncloa al grito de “Sánchez a prisión”.