A instancias del magistrado del Tribunal Supremo Leopoldo Puente, agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil se han personado en la mañana de este viernes en el cuartel general del PSOE, en la calle Ferraz de Madrid, para realizar un clonado del correo electrónico del último secretario de organización de Pedro Sánchez, Santos Cerdán. Y a muchos les ha venido a la memoria, como una pesadilla o un fantasma del pasado, la última vez que una comisión judicial y policial accedió a la sede federal socialista para incautarse de su documentación contable. Fue hace la friolera de 33 años, el 18 de noviembre de 1992.
Aquella lejana mañana, a instancias del juez instructor del caso Filesa, Marino Barbero, una comisión judicial se presentó en la sede de Ferraz con la orden de entrada y registro en el marco de las pesquisas abiertas sobre la financiación irregular del partido, a través de una trama de empresas conformada por Filesa, Malesa y Time-Export, para las campañas electorales de 1989.
El entonces secretario de organización, Txiki Benegas, y el responsable en aquella época de las finanzas del partido, Francisco Fernández Marugán, tuvieron que afrontar aquel trago. Según las crónicas de aquel día, la comisión judicial estuvo siete horas requisando archivos y documentación contable del PSOE. Entonces, como ahora, los responsables de Ferraz colaboraron para atender la orden judicial.
El caso Filesa concluyó con su juicio en 1997 –ya con Joaquín Almunia como secretario general del PSOE-, con varias condenas por financiación irregular del partido, entre otros a Josep Maria Sala, Carlos Navarro y Aída Álvarez. Tres años después, José Luis Rodríguez Zapatero ganó el liderazgo del PSOE frente a José Bono, y José Blanco fue su primer secretario de organización. Ambos se empeñaron en abrir una nueva era en el PSOE, que borrara para siempre aquella época de escándalos de corrupción que acecharon al partido en los últimos años de los mandatos de Felipe González como presidente del Gobierno.