El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha negado este lunes que haya llevado a cabo un “acuerdo paralelo” con España para que no se implique en el nuevo objetivo de gasto del 5% del Producto Interior Bruto (PIB) en defensa, que aprobarán los aliados de la OTAN en la cumbre de este martes y miércoles en La Haya. El neerlandés, preguntado por la “excepción” española, se ha limitado a referirse a nuevos compromisos militares de la Alianza y se ha mostrado convencido que para cumplirlos España necesitará invertir por lo menos un 3,5% de su PIB en gasto militar y no un 2,1%, como defiende Moncloa.
“En la OTAN no hay cláusulas de exclusión. No hay acuerdos paralelos”, ha remarcado el neerlandés en la rueda de prensa previa a la cumbre. Lo ha hecho apenas unas horas después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, publicara en sus redes sociales la carta que le mandó este domingo, donde Rutte ofrecía “flexibilidad para determinar su propio camino soberano” para lograr los nuevos objetivos de capacidades de los aliados, acordados por los 32 ministros de Defensa en su última reunión en Bruselas.
Una revisión en el 2029
Rutte remarca que cada país informará periódicamente de los avances: “Así que ya veremos”
Todo se trata de un ejercicio diplomático. Según ha explicado Rutte, “todos los aliados” han estado de acuerdo en estos nuevos objetivos de capacidades. “El hecho es que España cree que España puede cumplir estos objetivos con el 2,1%. La OTAN está absolutamente convencida de que España tendrá que gastar el 3,5% para alcanzar ese objetivo”, ha sostenido ante la prensa.
En la Alianza recuerdan que el 5% que propone Rutte para invertir en defensa –desglosado en un 3,5% de inversión militar pura y un 1,5% en gastos agregados– no es una cifra al azar, sino la necesaria para financiar los nuevos ambiciosos compromisos defensivos de la Alianza, más elevados por la amenaza rusa. En cambio, fuentes de Moncloa remarcan que han sido los técnicos de las Fuerzas Armadas quienes han concluido que, en el caso español, solo se requiere la inversión del 2,1% del PIB. Esta cifra se refiere a la definición clásica del gasto en defensa (el 3,5% que pide Rutte a todos los aliados) por lo que está por ver si España se implicará también en el 1,5% de gastos añadidos, como podría ser la construcción de infraestructuras militares.
“Cada país informará periódicamente sobre lo que está haciendo en términos de gasto y consecución de los objetivos. Así que ya veremos. Y, en cualquier caso, habrá una revisión en 2029”, ha apostillado el secretario general. “Como saben, somos una alianza en la que luchamos juntos y, si es necesario, también sufrimos y morimos juntos por nuestra defensa colectiva –ha afirmado Rutte–. Siempre he tenido el mayor respeto por la contribución de España a la OTAN. Están activos en todo el mundo”.
El enfrentamiento entre España y el resto de aliados ha marcado los últimos días, importante para Rutte no solo porque se celebra en su ciudad natal, sino también porque es la primera que se lleva a cabo desde que asumió el liderazgo de la Alianza Atlántica en octubre. El exprimer ministro neerlandés estaba empeñado en llegar con la declaración para alcanzar el 5% de la inversión militar que exige el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El problema es que es algo que se debe hacer por unanimidad, y el presidente español, Pedro Sánchez, había lanzado un órdago al ser el líder aliado que más abiertamente se había mostrado incapaz de asumir este nuevo compromiso.
A la espera de la llegada de Trump
Estados Unidos insiste en que todos los aliados deben llegar al 5% del PIB en defensa
Al final, y después de muchas presiones, este domingo se alcanzó el acuerdo después de que la OTAN ofreciera una fórmula más ambigua en la declaración que otorgara esta flexibilidad que España requería. El matiz en el texto es mínimo, pero suficiente para acomodar la negativa española. La nueva redacción de la declaración final ya no obliga a “todos los aliados” a suscribir el objetivo del 5% del PIB, sino a “los aliados”, sin determinar, lo que aporta un grado mayor de flexibilidad. “Una ambigüedad constructiva”, indican fuentes de Moncloa, que consideran que con esta fórmula otros países poco entusiastas de la inversión en Defensa, como Italia o Bélgica, podrían aprovechar la puerta abierta por Sánchez.
Trump todavía no ha llegado a La Haya, y no está previsto que lo haga hasta este mismo martes. La gran pregunta ahora es si la Casa Blanca apoya el caso español, y si no es así, si a Sánchez le espera una bronca pública del magnate en la ciudad neerlandesa. Rutte, en la rueda de prensa, solamente ha apuntado que todos los aliados han estado de acuerdo con la versión final de la declaración. En la Moncloa también entienden que la máxima autoridad en esta operación es Rutte como secretario general de la Alianza Atlántica, y no Trump. De momento, el nuevo embajador ante la OTAN, Matthew Whitaker –un hombre muy cercano al presidente– ha insistido en que todos los países de la Alianza Atlántica deben comprometerse con invertir un 5% de su PIB en defensa. “Gracias al audaz liderazgo del presidente (de EE. UU.) Donald J. Trump, la OTAN está en vías de alcanzar un compromiso histórico por el que cada aliado se compromete a gastar al menos el 5 % de su PIB en defensa”, ha puntualizado en una rueda de prensa telemática en la víspera del inicio de la cumbre.