Mucho ha llovido desde que en 1996 José María Aznar pactó su investidura con el nacionalismo catalán y el vasco. La política territorial y la construcción del Estado de las Autonomías ha sido y es eje fundamental en la política española, en la idea de España sometida siempre a un intenso debate.
Un debate que se refleja en la ponencia política del PP, consecuencia de los grandes cambios y tensiones de las últimas décadas. El fortalecimiento del Estado y de sus instituciones y la defensa de la Nación en contraposición a los nacionalismos y como renovado proyecto de futuro, son los ejes fundamentales del documento en el que Alberto Núñez Feijóo presenta su ideario.
El PP fortalecerá el Estado de las Autonomías para que las competencias no sean objeto de negociación
El texto enmienda la política de pactos del Gobierno del PSOE con los independentistas, bajo la premisa de que se ha destruido la unidad y cohesión del país a cambio de llegar a la Moncloa. El procés , su desarrollo y desenlace, han marcado la última década, impactando profundamente en el PP –Mariano Rajoy era presidente en el 2017-, combatido en su espacio electoral por los nuevos actores Ciudadanos y Vox. La ponencia sienta así las bases del rearme del Estado, basado en la “unidad de la Nación española como mejor garantía de futuro y fortaleza”. Con referencias a la Constitución y también a la Corona, el PP vuelve a proclamar a España como “patria común e indivisible”. Los populares se erigen como defensores de un “proyecto nacional” marcando distancia tanto con los “separatismos insolidarios” y, en alusión a Vox con su “demagogia recentralizadora”.
La defensa del Estado de las Autonomías –dado por finiquitado por fuerzas políticas de signo contrario- se sitúa también como pilar de este proyecto con el compromiso de “fortalecerlo y consolidarlo”. Es decir, se apuesta por definir competencias y ampliar elementos comunes para evitar que quede a merced de las demandas del nacionalismo y el soberanismo. Para ello, se propone una “organización territorial más clara, donde las competencias del Estado y de las Autonomías estén bien definidas” y que ponga fin “al revisionismo” constante.
Bajo el epígrafe “Nación”, el PP considera que debe frenar la “imposición” de minorías nacionalistas “que con pocos votos, condicionan decisiones clave”. Se apela, sí, a la diversidad de España, pero siempre bajo la premisa de esta recuperación de la idea de la unidad y la nación. Se alude así, como se decía, al concepto de “más nación, y menos nacionalismo”, al considerar que el “nacionalismo nace del supremacismo”. La ponencia redefine el marco territorial y también delinea las fronteras de las políticas de pactos a futuro, en una España que hace tiempo dejó atrás el bipartidismo. Un contexto, por tanto, diferente al del pacto del Majestic del 1996, donde no sólo ha tenido lugar el procés , sino que el debate territorial estuvo también marcado por la negociación del Estatut, -a partir del 2004-, con la firme oposición del PP, especialmente después de que los atentados del 11-M en Madrid, dejasen a este partido sin gobierno y sin aliento.
En este encuadre de pactos a futuro, la ponencia del PP establece que se “puede hablar de todo lo que la Constitución y las leyes permiten, y con todos los que estén dispuestos a cumplirlas”. Un marco flexible –si se piensa en las relaciones con Junts– pero que después estrecha algo más. “Ni cordones arbitrarios, ni mayorías incoherentes”, señala la ponencia, para indicar que en la política de pactos no se va a renunciar “a nuestros principios y valores, ni se entrará en ninguna subasta política. La enmienda transaccionada con el presidente del PP catalán, Alejandro Fernández, que pedía claridad para acotar los acuerdos con el soberanismo establece que “la defensa del Estado, la Nación y el orden Constitucional sean objetivos irrenunciables”.
Aspira el PP a gobernar con mayoría suficiente, y al margen de lo que suceda, traza esta idea de Estado fuerte. Se compromete a regular el indulto, apuestan por que la Constitución refleje que las instituciones “no son propiedad de ningún partido”, defiende la “independencia” de la justicia y propone una reforma del Tribunal Constitucional. No falta una referencia a las fuerzas y seguridad del Estado, donde también se defiende asegurar su permanencia en “todo el territorio nacional”. La ponencia define los cauces del rearme del Estado, tras más de una década de muchas tensiones en el debate territorial., y para intentar abrir un tiempo diferente.