Vox y Aliança crecen en Catalunya, en un contexto de mayor tolerancia a la ultraderecha

Barómetro CEO

El PSC volvería a ganar, con una leve erosión tras el caso Cerdán, Junts sigue segundo sin recuperar las pérdidas y ERC crece ligeramente, según el CEO

CEO juny 2025

Estimación de escaños en unas elecciones al Parlament

El PSC volvería a ganar las elecciones al Parlament, si se celebraran ahora y, aunque no se libraría del impacto emocional del caso Cerdán, este escándalo de corrupción que salpica al PSOE se ha traducido en una leve erosión del voto socialista en Catalunya, según refleja el segundo barómetro del año del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), publicado este miércoles. El sondeo dibuja un mapa electoral catalán bastante estable -Junts se mantiene, aunque no recupera lo que ha perdido en las encuestas en el último año, y ERC crece ligeramente-, salvo en el flanco de la derecha, donde Vox gana terreno al PP, y Aliança Catalana (AC) mantiene su crecimiento sostenido del último año y ya alcanza los 10 escaños.

El crecimiento del voto a la extrema derecha en Catalunya es una de las principales conclusiones de este sondeo, y no sólo se detecta en los resultados del voto estimado. El barómetro incluye una serie de preguntas para evaluar el nivel de tolerancia social hacia la evolución de los partidos de extrema derecha, que indican que al menos uno de cada cuatro encuestados muestra una inclinación positiva hacia estos partidos de extrema derecha y un 19% dice que podría plantearse cambiar su voto y apoyarles, por decepción con el o los partidos a los que ha votado recientemente. 

Un 19% asegura que podría cambiar su voto y apoyar a un partido ultra 

Sobre la evolución de la extrema derecha, un 24% de los encuestados no piensa que estos partidos “amenazan los consensos básicos de nuestra sociedad en valores, igualdad y derechos sociales”; un 25% no comparte que “el resto de partidos adopten una posición firme para evitar que su apoyo siga creciendo”; un 28% no piensa que los partidos ultras “proponen soluciones simples para problemas complejos”; un 40% no votaría únicamente “a partidos que se oponen frontalmente a la extrema derecha”, y un 43% opina que “los medios de comunicación y el resto de partidos presentan de forma distorsionada” a la extrema derecha. Además, un 20% no aprueba la aplicación de un cordón sanitario para excluir a partidos o movimientos extremistas.

El buen momento de la extrema derecha se detecta en este sondeo también en que tanto Vox como Aliança alcanzan una fidelidad de voto del 90%, además de robar votantes a otros partidos. Vox recibe una transferencia de voto del PP del 6%, mientras que Aliança, que ha captado votantes de Junts, abre fronteras ahora hacia votantes de Vox y PP. A medida que crecen ambos partidos, sus votantes se van pareciendo más, salvo en el capítulo de las identidades. En la ideología, los de AC se sienten más de centro que los de Vox, que se reconocen de derechas.

Hay más diferencias. El votante de Aliança -sobre el papel, ya que de momento el crecimiento de este partido solo se ha podido ver en encuestas- es de mediana edad, comparte electorado con Junts, aunque los de Carles Puigdemont resisten. En cambio, Vox tiene un votante estable y más claramente definido, ya que es el tercer partido en intención de voto en los catalanes por debajo de los 50 años, y ese espacio se lo está ganando al PP, que retrocede. 

Aliança compite con Junts en el electorado de mediana edad; Vox está reemplazando al PP entre los menores de 50 años

El trabajo de campo del sondeo son 2.000 entrevistas personales domiciliarias, realizadas entre el 30 de mayo y el 28 de junio, lo que supone que el estallido del caso Cerdán se produjo justo en la mitad de la recogida de datos. 

Según las estimaciones del CEO, el PSC vería frenado el leve crecimiento del anterior sondeo y se quedaría en 40-42 escaños, algo por debajo de los 42 actuales, y habrá que ver si esta pérdida de apoyo es coyuntural. El impacto del caso Cerdán se detecta en algunos indicadores referentes a la política española, pero no en el caso de la catalana. Un 23% de los encuestados piensa que la situación política en Catalunya es buena o muy buena y vuelve a caer la percepción negativa, que ya es la menos mala desde 2008, ahora en el 50% (25 menos puntos menos desde el inicio de la legislatura). En lo que respecta a la política española, sube 5 puntos la percepción negativa (68%).

El impacto del caso Cerdán se ve en indicadores de la política española, no catalana

El presidente de la Generalitat, Salvador Illa, es el único líder catalán que aprueba (5) y el que obtiene mejor valoración entre los que no le votan (4,6), además un 20% lo prefieren como presidente de la Generalitat y tiene el mayor índice de aprobación (62%), seguido del líder de ERC, Oriol Junqueras (59%), que tiene una valoración de 4,9. Tanto Illa como Junqueras y también el líder de Junts, Carles Puigdemont, cuentan con el 90% de aprobación entre sus votantes, solo superados por la líder de AC, Sílvia Orriols (97%).  

Junts sigue como segunda fuerza en Catalunya, pero no recupera lo que ha perdido desde las elecciones del 12 de mayo de 2024, cuando obtuvo 35 escaños. Parece una pérdida estructural, que al menos hasta ahora no recupera y que es coherente con una progresiva pérdida de la preferencia por Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat que se viene reflejando en los sondeos. Junts ha sufrido una bajada de votos en las encuestas que habrían ido a Aliança Catalana, pero parece ahora haberse estabilizado y el CEO le da ahora 28-30. En el caso de ERC, se detecta un ligero incremento, y de los 20 escaños que tiene pasaría a 21-23, en parte gracias a votantes socialistas del 12-M que procedían de ERC y habrá que ver si vuelven a cambiar o se quedan.

El PP, que tiene 15 diputados en el Parlament, se quedaría en 14-15, un retroceso del que se beneficiaría Vox, impulsado por la sombra de corrupción del escándalo del caso Cerdán, que alcanzaría los 12-14 (ahora tiene 11). Comuns se mantiene, con 5-6 (ahora tiene 6) y también la CUP, con 3-5 (4 diputados ahora). 

El principal beneficiado en este sondeo es Aliança Catalana, que mantiene su tendencia ascendente. De las dos diputadas que tiene ahora en el Parlament alcanzaría los 10-11. En el caso de AC, su incremento viene de votantes de Junts pero en este sondeo se detecta ya que empiezan a ampliar fronteras hacia los votantes de Vox y PP.

El barómetro constata también un incremento de la insatisfacción con la democracia, que confiesan un 71%, cuando en el sondeo del CEO de marzo era de un 65%, mientras que la satisfacción con la democracia ha caído en estos mese del 34% al 27% actual.

La satisfacción con la democracia cae al 27%, siete puntos menos que en marzo

El rechazo mayoritario a la independencia de Catalunya se mantiene en cifras bastante estables, aunque hay un ligero descenso. Los partidarios de la independencia son el 40% -eran el 38% en el sondeo de marzo-, mientras que los contrarios son el 52% y eran el 54% en el anterior sondeo.

El acceso a la vivienda se mantiene como el principal problema de Catalunya (ha crecido 10 puntos en un año hasta el 21%), pero se detecta un repunte en la insatisfacción con la política, que el 14% cita como problema, rompiendo así la tendencia a la baja de los últimos barómetros del CEO. El tercer problema es la inmigración (9%), que es citada como el primer problema por un 33% de los votantes de Vox y un 27% de los de Aliança, y como cuarto problema por un 13% de los del PP y un 10% de Junts. Para los restantes partidos, el primer problema es la vivienda, mientras que en el caso de Junts lo es la insatisfacción con la política y para los del PP, la inseguridad ciudadana.

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