El pleno del Congreso ha rechazado las enmiendas a la reforma del Reglamento de la Camara al que se oponían las formaciones conservadoras garantizando así su aprobación. Esta iniciativa establece unas normas de comportamiento para los informadores que desarrollan su trabajo en la Cámara y da herramientas a la presidencia de la Cámara para expulsar a aquellos que las incumplan.
El objetivo de esta reforma son esencialmente los medios partisanos –básicamente de la extrema derecha- que han proliferado en los últimos años y cuyos informadores han roto casi todas las mínimas normas de convivencia hasta el punto de que esta iniciativa ha sido aplaudida por los propios profesionales de la información que trabajan en el Congreso.
Sin embargo para los grupos conservadores, y especialmente Vox, esta iniciativa constituye una herramienta ideada para limitar la libertad de expresión y el trabajo de los medios que no viven de las subvenciones públicas.
El PP por su parte considera que esta reforma del reglamento era innecesaria porque la presidencia ya contaba con instrumentos para poner orden en la sala de prensa y en los pasillos del Congreso.
En el orden del día de hoy se incluye también otra reforma del Reglamento del Congreso por el que, entre otras cosas, la Cámara dejará de llamarse Congreso de los Diputados para denominarse Congreso a solas. El sesgo de género que incluía la palabra “diputados”, desaparece.
El pleno continúa ahora con la convalidación de tres decretos ley entre los que figura el que ha impulsado el ministerio de Transición Ecológica y que dispone una serie de medidas urgentes para el refuerzo del sistema eléctrico. Este punto del orden del día es el único en el que la mayoría de Gobierno está en peligro. Podemos, Vox y PP van a votar en contra.
