En el inicio de septiembre, arranca también el nuevo curso político. Y el punto de partida mantiene la tónica anterior al parón veraniego: el tono bronco sigue instalado en el ambiente. Así lo certificó el pistoletazo de salida que dio ayer el Partido Popular a este recién estrenado periodo, en el que su líder, Alberto Núñez Feijóo, ya se refiere al Gobierno de Pedro Sánchez como agua pasada. Es, a juicio del mandatario popular, un Ejecutivo “caduco y que huele a rancio”. Ni siquiera “está en prórroga”, sino “en minutos de descuento”. Situados en este marco, el gallego considera que es el momento de sacar a España “del bucle de la incompetencia e indecencia”. Por ello, hizo un llamamiento a los suyos a estar preparados para el “cambio”.
No obstante, el manejo del calendario, como admitió el líder de la oposición, no está en sus manos. Prescindiendo del cuándo, al jefe de filas de los populares le queda el cómo. El mensaje a los 2.000 simpatizantes que se congregaron en el enclave de la Carballeira de San Justo, en Cerdedo-Cotobade (Pontevedra), fue a no relajarse, sino invertir el tiempo en que el efecto de la llegada a la Moncloa que Feijóo vislumbra “se note a los primeros meses”.
En este emplazamiento simbólico para los conservadores –la tradición de abrir el curso ahí se remonta a los inicios de Mariano Rajoy al frente del partido a escala estatal–, Feijóo advirtió que este cuadrimestre será “determinante” para el futuro del país. En medio de “corruptelas, escándalos y atropellos a la nación”, dijo, y a la espera de lo que ocurra con los presupuestos generales, este Gobierno es “pasado”.
“No falla, la culpa siempre es del PP, de las comunidades del PP o de un tal Feijóo”, ironiza el líder popular
Al mismo tiempo que trazaba la idea de un Ejecutivo superado, el máximo dirigente del PP aprovechó que se encontraba en una comunidad asolada por los incendios –más de 96.000 hectáreas calcinadas este verano– para reprochar al Gabinete de Sánchez que “ante cualquier desgracia se pone de perfil”. “La culpa siempre es de otros, las soluciones siempre las tienen que buscar otros. La culpa de lo que pasa en España es del PP, o de las comunidades del PP, o de un tal Feijóo”, dijo. Echa en falta un Gobierno “más preocupado por perder los montes y bosques que por perder el relato”.
Con la crisis de los fuegos, el líder popular culpa al Gobierno de que “se hable de España como un Estado fallido”. “No lo somos, lo que tenemos es un Gobierno fallido”, remató. Siguiendo el argumentario de este agosto, subrayó que Sánchez “ha escapado de sus responsabilidades”. Y lo contrapuso a su responsabilidad, si es presidente del Gobierno: “Ocurra lo que ocurra en cualquier lugar de España, será mi competencia”. De hecho, afirmó que asumiría el mando “cuando crea que una comunidad no tiene capacidad suficiente ante catástrofes”.
Feijóo también volvió a desdeñar cualquier posibilidad de sumarse al pacto de Estado que promueve el Gobierno contra la emergencia climática. A su entender, el Gobierno “frivoliza” con las causas humanas de los incendios e hizo suyas expresiones similares a las de Vox para pedir al Ejecutivo que no analice la situación “desde el fanatismo ideológico”, que “en buena medida es causa de los incendios forestales”.
En política migratoria, el PP pide “mandar a las fronteras” a los cuerpos policiales para garantizar la seguridad
En su intervención, el líder del PP habló también de la inmigración irregular, que “se desborda sin que se haga nada razonable para evitarlo”. Y censuró una vez más la reubicación de menores migrantes ante la que el PP se cierra en banda. Para Feijóo, el Gobierno no debería “amenazar a los presidentes con mandar a la policía si no cumplen lo que les ordena”, sino “mandarla a las fronteras para asegurar la seguridad”.
En este compendio de “agravios”, el líder popular –flanqueado por los presidentes de la Xunta de Galicia, Alfonso Rueda, y de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno– habló de fin de ciclo socialista. “España no puede reconocerse en un Gobierno que tiene todo de Sánchez, buena parte de los independentistas y muy poco de los españoles”, aseguró. Así, garantizó la derogación de leyes que “huelan a división, frivolidad, sectarismo”. Ahora toca remar, indicó, por un “cambio de raíz”, que no pasa por “gestionar los escombros del sanchismo”. Se trataría de pasar, precisó, de un “proyecto de supervivencia política y judicial” de Sánchez a un “cambio de valores” que “limpie el buen nombre de la política que ha manchado el Gobierno”.