Junts pierde a Jaume Giró, voz pragmática y pactista de la formación

Baja posconvergente

El exconseller rompe con el partido por las discrepancias políticas con Puigdemont

10 - 11 - 2022 / Barcelona / Jaume Giró / foto: Llibert Teixidó

Jaume Giró fue conseller de Economia en el Govern de Aragonès

Llibert Teixidó

Baja de relumbrón en Junts. Jaume Giró, el que fue conseller de Economia i Hisenda en el gobierno de coalición de Pere Aragonès, formalizará hoy la renuncia al acta de diputado del Parlament de Catalunya y su dimisión como miembro de la ejecutiva del partido. El movimiento puede que anticipe también la probable baja como militante en las próximas semanas. El alma más pragmática y realista de los junteros ha dicho basta.

El plante de Giró es multicausal. Por un lado, el exconseller mantiene posiciones críticas con la estrategia política que Carles Puigdemont viene dictando desde Bélgica, desde que este decidió que su partido debía abandonar el Govern de Aragonès en octubre del 2022. De hecho, en ese momento Giró encabezó una “rebelión” interna que lo llevó a liderar la campaña de signo contrario a las pretensiones de Puigdemont en la consulta a la militancia que acabó avalando por un estrecho margen la salida del ejecutivo.

Renunciará este jueves al acta de diputado y a seguir formando parte del órgano de dirección

Las desavenencias políticas desde ese momento no han hecho más que acrecentarse. Tras las municipales del 2023, Giró era partidario de negociar desde el primer momento la alcaldía de Barcelona con Jaume Collboni y de extender esta entente también a las diputaciones que finalmente cayeron en manos de socialistas y republicanos. Las fricciones también tienen que ver con las formas y el tono que Puigdemont ha impuesto en el modo de hacer política de Junts, no solo en el fondo. Giró no se ha cansado de repetir en todos los foros, en público y en privado, que es partidario de la negociación sin estridencias, de participar en los gobiernos cuando la aritmética lo hace posible y que tiene alergia a la retórica vehemente y vacía. Al final, agua y aceite. Una situación que nuestro protagonista ha considerado finalmente insalvable.

También ha influido en la decisión del exconseller el tipo de liderazgo que ostenta Puigdemont. Un personalismo muy marcado e indiscutible que ha reducido, a juicio de Giró, a un simple decorado de cartón piedra la ejecutiva nacional del partido de la que hasta hoy ha formado parte. Descontado el reducido núcleo de confianza de Puigdemont, al que él no pertenece, el resto de los dirigentes de la formación no participan de debate real alguno y de ellos solo se espera asentimiento y obediencia. Demasiado pedir para Giró.

Su renuncia al acta de diputado y a seguir formando parte del órgano de dirección de Junts es un golpe a la estrategia de esta formación política de resultar creíble en su intento de reamarse ideológicamente en el ámbito de las políticas sectoriales para volver a ocupar la centralidad del tablero catalán. Puigdemont pierde a un nacionalista pragmático con un perfil profesional nada habitual en la orla política del presente. Excelente conocedor del mundo empresarial, Giró formó parte antes de aterrizar en la política de los comités de dirección de Gas natural (ahora Naturgy), La Caixa, y Repsol, entre otra empresas. También fue director general de la Fundació “La Caixa” y miembro del comité estratégico de inversiones de Criteria. Quizás esta experiencia negociadora en el mundo real explique en parte que haya sido el único conseller de economía capaz de aprobar unos presupuestos de la Generalitat en tiempo y forma en los últimos lustros.

A quienes desde la izquierda, también desde algún sector de Junts, han afeado a Giró su exitoso paso por empresas del Ibex 35 como si de una mácula se tratara, este siempre les ha respondido recordando su humilde origen badalonés y su firme creencia en la cultura del esfuerzo. Es cierto que la llegada de Giró a la política tuvo un recorrido inusual, accediendo a ella tras labrarse una carrera profesional exitosa que le aseguró la libertad en la toma de decisiones. Libertad que ahora utiliza para poner punto final, por el momento, a su etapa en el profesionalismo político.

Sobre el futuro nada está escrito. El exconseller ha asegurado en múltiples ocasiones que su compromiso con la política y con un modelo de país competitivo en lo económico, solidario en lo social y reivindicativo en lo histórico y cultural es firme y que, de un modo u otro, seguirá vinculando su día a día a estos principios. Es el portazo de un pujolista de última generación. Visto de esta perspectiva, sobra decir que su incompatibilidad con Puigdemont estaba, por así decirlo, más que cantada desde un principio.

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