El Gobierno ha presentado este jueves la nueva Estrategia de Acción Exterior 2025-2028. Un plan diseñado para los próximos tres años en un contexto internacional convulso marcado por la guerra en Ucrania, la ofensiva de Israel sobre Palestina y la ambición de China por consolidar su papel global frente a la política proteccionista de Estados Unidos para el que España apuesta por mantener una acción internacional con voz propia, alejada de “seguidismos”.
“Queremos ser sujetos, no objetos, de lo que otros deciden”, ha señalado José Manuel Albares durante el acto de presentación. El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación aboga por avanzar en unos postulados que defiendan la identidad y los intereses nacionales dentro del marco multilateral.
El ministro entiende que la política exterior española se encuentra en una tercera fase histórica tras un primer periodo de asentamiento tras la entrada en la Unión Europea y una segunda etapa marcada por la construcción de “una voz europea propia”. Aunque en este apartado ha subrayado, a modo de error histórico, “periodos en los que se confundió tener presencia internacional con el seguidismo de las decisiones de otro, a veces con el coste incluso de participar en una guerra injusta e ilegal”, en referencia a la guerra de Irak a la que España se sumó bajo las directrices del entonces presidente del Gobierno José María Aznar.
En esta nueva etapa, España busca consolidarse como un actor global con agenda bilateral propia, especialmente con potencias emergentes como China, India, Brasil y países africanos, citando de manera destacada a Sudáfrica y África Occidental. Al mismo tiempo, ha defendido mantener relaciones estrechas con Estados Unidos, sobre la base del diálogo, el respeto y el beneficio mutuo, y ha reiterado su apuesta por una Europa autónoma y soberana capaz de influir en la reconfiguración del orden internacional. Líneas maestras que ya deslizó el pasado fin de semana en una entrevista en La Vanguardia donde destacó que “España tiene, por primera vez en la historia, una política exterior global, que va desde Washington hasta Pekín, y que lidera iniciativas dentro de la Unión Europea con coherencia en todas las crisis internacionales”.
Albares también hizo un llamamiento al multilateralismo y a la reforma de la ONU para dar mayor protagonismo a los países emergentes. En materia de conflictos, reiteró el compromiso de España con Ucrania “hasta que esta guerra injusta e injustificable deje paso a una paz justa” y defendió la necesidad de actuar ante la crisis humanitaria en Gaza, proponiendo la suspensión del Acuerdo de Asociación con Israel y la ampliación de sanciones contra quienes obstaculizan la solución de dos Estados.
“La política exterior española se centra en la paz, el respeto al Derecho Internacional Humanitario y la lucha contra la impunidad”, concluyó Albares, quien subrayó que España pretende ser un actor activo en la transformación global, promoviendo el entendimiento y la cooperación frente al unilateralismo y la confrontación que marcan la agenda internacional actual.