La tensión política estalla de lleno en el acto que da inicio al curso judicial

Choque institucional

El rey presencia en primera persona el choque institucional entre jueces y Gobierno

La tensión política estalla de lleno en el acto que da inicio al curso judicial
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La tensión política estalla de lleno en el acto que da inicio al curso judicial Isabel Perelló Álvaro García Ortiz

La apertura del año judicial de este curso ha acabado salpicada por la batalla política sin cuartel que existe actualmente en España. Todos los allí presentes guardaron la compostura. El rey sonrió discretamente; el ministro de Justicia, Félix Bolaños, quiso dar absoluta normalidad al día y los magistrados y fiscales invitados, principalmente del Tribunal Supremo, actuaron con la institucionalidad que exige y merece el acto.

Las descalificaciones a la justicia son impropias de un Estado de derecho”

Aunque explícitamente la sangre no llegó al río, la tensión se podía sentir. Desde que en julio la Sala de lo Penal del Supremo confirmó el procesamiento del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por un presunto delito de revelación de secretos, desde las altas instancias del poder judicial se temían el día de ayer: el máximo representante de la Fiscalía dando el discurso ante el Rey, la presidenta del Supremo y ante los jueces que le han procesado y que le van a enjuiciar. Este escenario generaba gran incomodidad. El líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo volvió a cargar ayer, después de no acudir al acto por la presencia de García Ortiz. El fiscal general lo sabía, pero a pesar de ello ha mantenido su criterio de seguir al frente de la Fiscalía, con las obligaciones y potestades que ello conlleva, aunque dentro de unos meses esté sentado en el banquillo de los acusados.

Isabel Perelló, junto al Rey, en un momento de su discurso en la apertura solemne del curso judicial (Chema Moya / EFE)

Isabel Perelló, junto al Rey, en un momento de su discurso en la apertura solemne del curso judicial (Chema Moya / EFE)

“Las reformas deben elaborarse mediante diálogo institucional y con el Consejo”

García Ortiz sabía lo que provocaba en el Supremo su presencia ayer y no quiso obviarlo. Por eso arrancó su discurso reconociendo que es “plenamente consciente de las singulares circunstancias” de su intervención como consecuencia de su “situación procesal”. Antes de proceder a leer los datos de la memoria de la Fiscalía, García quiso entrar en la polémica generada por su presencia en el acto ante el Rey y todo el poder judicial. Precisamente el juez que instruye su causa, Ángel Hurtado, no acudió al acto, aunque sí aquellos que probablemente tengan que juzgarle.

“No es propio del Poder Judicial entrar en polémicas ni en críticas a personas”

La polaridad existente en el mundo político se percibió igual en los allí presentes. A algunos les pareció una “vergüenza” que el fiscal general se pronunciase sobre su situación procesal ante el Rey y los magistrados que deben juzgarle, mientras que otros le alabaron por su valentía y por defender la institución. Estos mismos fueron los que al acabar el discurso le aplaudieron como muestra de apoyo por su calvario judicial y político, rompiendo el protocolo del acto.

Si estoy aquí como fiscal general del Estado es porque creo en la justicia”

“Si estoy aquí como fiscal general del Estado es porque creo en la justicia y en las instituciones que la conforman. Creo en el Estado de derecho, en la independencia del Poder Judicial, en los principios de legalidad e imparcialidad. Y, por supuesto, también en la verdad”, espetó en el inicio de su discurso. Fuentes fiscales reconocen que para García Ortiz ayer fue un día cargado de tensión, a pesar del apoyo recibido por el Gobierno, y aprovechó para lanzar el mensaje de que no es ninguna “caricatura sumisa al poder que algunos tratan de proyectar” ni depende de él, sino que actúa con autonomía. Estas fuentes apuntan que el número 1 de la Fiscalía ha pensado durante en dimitir, pero si no lo ha hecho es porque considera que permaneciendo es como defiende a la Fiscalía y la verdad.

“La Fiscalía no es una caricatura sumisa al poder que algunos tratan de proyectar”

Tras los aplausos a García llegó el turno de la presidenta del Supremo y del CGPJ, Isabel Perelló, quien en su discurso hizo un esfuerzo por defender la institucionalidad perdida en otros ámbitos: “la sociedad no merece que los poderes públicos entren en descalificaciones ni en reproches mutuos, sino que las instituciones funcionen con normalidad y que actúen al servicio de los ciudadanos, y con respeto y lealtad a las otras. Y así lo hará el poder judicial”, dijo. Estas palabras son fruto de las polémicas palabras del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, esta misma semana sobre el uso político de la justicia por parte de algunos jueces, afirmación avalada por varios miembros del Gobierno, entre ellos Bolaños, allí presente. “Resultan totalmente inoportunas y rechazables las insistentes calificaciones a la justicia, provenientes de los poderes públicos”, espetó la magistrada en mitad de su discurso.

“Creo en el Estado de derecho (...) Y, por supuesto, también en la verdad”

Aunque Perelló advertió del riesgo de estas descalificaciones también criticó que desde el poder judicial se contesten. “No es propio entrar en polémicas ni en críticas a personas ni a instituciones, pues no nos corresponde como función. Cada cargo público es responsable de sus actos”, subrayó. Esta afirmación es un mensaje al propio CGPJ para que sus vocales no utilicen la institución para hacer política, como ocurrió con el anterior Consejo.

El fiscal general del Estado vivió la apertura del año judicial con tensión ante su “situación procesal”

Gran parte de su discurso estuvo dedicado a defender a los jueces de los ataques a los que están sometidos y a defender la independencia judicial. Sus palabras fueron bien recibidas por los allí presentes que esperaban precisamente eso. Tanto vocales progresistas como conservadores apoyaron el discurso, al igual que los magistrados del Supremo. Pero no todos estuvieron conformes. Fuentes ministeriales no vieron bien la crítica excesiva al debate político surgido. Aunque lo que peor sintió fue el reproche a la reforma de la justicia impulsada por Bolaños, que pretende regularizar a mil jueces sustitutos y que generó en julio una huelga de jueces y fiscales. “El necesario incremento del número de jueces no puede hacerse en detrimento de la calidad de la formación que exige la función jurisdiccional”, concluyó.

El discurso de Isabel Perelló fue ampliamente aplaudido por el poder judicial

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