Alhucemas, 100 años del desembarco

8 de septiembre de 1925

La operación anfibia con apoyo de Francia decantó la guerra del Rif y determinó el mapa actual de Marruecos

ESPAÑA GUERRA DE AFRICA: DESEMBARCO DE ALHUCEMAS: SEPTIEMBRE 1925.- Barcazas

Diez mil hombres desembarcaron en Alhucemas entre el 8 y el 9 de septiembre de 1925

EFE

Las tropas españolas han pisado la tierra maldita de Alhucemas” tituló en portada El Telegrama del Rif para dar cuenta del exitoso desembarco, con apoyo de Francia, en la costa de la región africana, lo más parecido a una pesadilla para la España de principios del siglo XX.

Horas antes, el 8 de septiembre del 1925, un despliegue anfibio sin precedentes en la historia de los desembarcos –por el transporte de tanques y la incorporación de la aviación– logró ganar la playa de Ixdain y dejar en tierra 10.000 hombres y 2.000 toneladas de material en las primeras 48 horas.

El éxito de la operación fue determinante para acabar con la guerra del Rif –concluida en 1927– y la figura gigantesca de su líder, Abdelkrim, que mantuvo en jaque al ejército español que ocupaba el norte de Marruecos. El desastre en 1921 de Anual –entre Melilla y Alhucemas– fue la mayor humillación de la historia militar (más de 10.000 bajas), un golpe de efectos retardado para la monarquía de Alfonso XIII y una fractura entre la población y el ejército sin la cual no se explicaría la Guerra Civil.

Pese al éxito del desembarco de Alhucemas y su influencia decisiva en la configuración presente del Magreb, el Ministerio de Defensa no tiene previsto conmemorar lo que para numerosos historiadores es el “mayor éxito militar” del siglo XX. ¿Evitar roces diplomáticos con Rabat? ¿Esquivar el pasado militarista?

Defensa no tiene prevista ninguna conmemoración de un episodio incómodo para la dinastía alauí

“No había referentes exitosos de desembarcos en Europa porque no se conocía la operación Albion (realizada por la marina de Alemania en Estonia en 1917) y el de Gallipolli en Turquía (1915) fue un fracaso. En mi opinión, si no se conmemora, como sucedería en la mayoría de países, es para no dejar en evidencia que el sultán de Marruecos, Mulay Yusuf (bisabuelo de Mohamed VI) pactó con las dos potencias colonizadoras (Francia y España) y apoyó el desembarco de Alhucemas”, señala el historiador Roberto Muñoz Bolaños, que acaba de publicar el libro Alhucemas. El desembarco que decidió la guerra de Marruecos (Desperta Ferro Ediciones).

¿En qué contribuyó el desembarco de Alhucemas a la configuración territorial del Reino de Marruecos? Abdelkrim encarnó un nacionalismo laico, “republicano” y germanófilo –también contaba con la simpatía de Estados Unidos– que se inspiraba en la figura de Mustafa Kemal Atatürk, padre de la Turquía moderna. Audaz, buen estratega en la guerra de guerrillas y líder de tribus de montaña. Abdelkrim aprovechó el desastre de Anual para autoproclamar la República del Rif en el terreno del protectorado español. Francia se desentendió de colaborar con España en tanto su protectorado permaneció ajeno a los ataques rifeños.

La ambición terminó por perder a Abdelkrim, que rechazó la oferta de dar al Rif una autonomía simbólica. Quería un verdadero Estado. Los guerrilleros rifeños amenazaron incluso Taza –vital en la ruta a Argelia– y en Fez se ganaron un nuevo y poderoso enemigo (Francia). El mariscal Petain, héroe de la Primera Guerra Mundial, relevó a Lyautey y pronto dio un giro decisivo: colaborar con España, gobernada en 1925 por el dictador y general Primo de Rivera. De ahí la cooperación en Alhucemas, con un papel secundario, pero importante, especialmente en la aviación. Las armas químicas fueron utilizadas sin contemplaciones contra los rifeños, gente indómita.

Francia y España hicieron el trabajo sucio de liquidar la revuelta rifeña y entregar a Mohamed V un territorio con salida al Mediterráneo mediante la amistosa independencia de Marruecos en 1956 (un dato relevante: el rey Hassan II nunca visitó la región rifeña....).

La operación anfibia fue un éxito tras el fiasco de Gallipolli y el principio del fin de la República del Rif

El éxito de Alhucemas impulsó la carrera de dos militares, Franco y Goded, los primeros en pisar tierra, y, al mismo tiempo, el germen de una gran enemistad. España sufrió pocas bajas en la operación (siete oficiales y 114 soldados) gracias, en parte, al azar de desviar el desembarco por mal tiempo a una playa sin defensas rifeñas. “Alhucemas cambió la iniciativa estratégica”, señala el historiador Muñoz Bolaños.

Adiós a la pesadilla y los traumas de la guerra del Rif.

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