En un momento en que los altavoces de Esquerra Republicana no están en las principales instituciones de Catalunya, el partido ha decidido poner en marcha una renovación de su estrategia de comunicación y de su imagen con el objetivo de “volver a conectar” con las preocupaciones de los catalanes tras un periodo de “desconexión”, en parte los años del procés, que ha provocado que el partido no haya cosechado los resultados electorales que esperaba.
El día antes de la celebración de la Diada, fecha escogida no por azar, ERC ha presentado su nueva estrategia de comunicación y su nueva identidad gráfica, en la que el protagonista sigue siendo el tradicional triángulo del partido con las cuatro barras -en representación de la senyera- pero abandona el color amarillo para volver al rojo anaranjado -o “naranja teja”- que históricamente usaba el partido.
El abandono del amarillo, que predominaba hasta ahora en el grafismo de la formación y que el independentismo venía utilizando para reivindicar la lucha por los derechos civiles, en su caso, la libertad de los condenados por el procés, es un hecho consciente. De hecho hacía ya tiempo, con la llegada de la nueva dirección del ERC hace poco más de seis meses, que el partido fue sustituyendo el amarillo por el blanco.
La renovación comunicativa responde a “un cambio de ciclo evidente” en el que “hay que enfocarse de otra manera”
En el partido alegan que el amarillo “cogió protagonismo en un momento político muy determinado del país” y “no es que desaparezca”, pero la formación ha decidido recuperar “el color con el que históricamente se ha vinculado a ERC”, el rojo anaranjado. Junto a estos nuevos colores, el partido ha escogido el beige “raíces”, el negro “institucional” y el blanco “libertad”, según identifican, para completar la identidad gráfica en sus diferentes ámbitos y plataformas.
El tradicional triángulo que acompaña como logo al partido, con las cuatro barras, también sufre algunos cambios. Ahora es más ancho, con las puntas redondeadas y con las barras más anchas. En ERC no han querido cambiar el símbolo porque a su juicio funciona muy bien, incluso en solitario, sin el nombre de la formación, que cuando aparece lo hace siempre en letras minúsculas
Junto a estos cambios, la dirección del partido ha impuesto una renovación estratégica en la forma de comunicar que responde a “un cambio de ciclo evidente” en el que “hay que enfocarse de otra manera”. Esto implica cambio en el lenguaje, para hacerlo más claro, directo y entendible, con el objetivo de ganar en proximidad, lo que conlleva “hablar más de la gente y de sus preocupaciones, y menos de los partidos. En ERC reconocen que hasta ahora el lenguaje que se utilizaba era “muy institucional” pero ahora persiguen “más informalidad”y renovar los formatos para llegar a más público.