La celebración de la fiesta nacional del Doce de Octubre está cambiando de signo en Madrid. El día de la Hispanidad se está transformando lentamente en el día del Sabor Latino, un momento, una semana de especial celebración y afirmación de una comunidad cada vez más numerosa e influyente.
En España viven en estos momentos más de 4,2 millones de personas nacidas en América Latina, que representan el 8,7% de la población total del país, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de finales del 2024.
El momento latino es especialmente intenso en la Comunidad de Madrid (CAM), donde residen más de un millón de personas nacidas en Latinoamérica, que vendrían a representar el 14,3% de la población.
La derecha madrileña se propone renovar la mayoría absoluta con un masivo apoyo del votante latino
Madrid DF reúne cada vez más acentos e intereses latinoamericanos, así en el Registro de la Propiedad Inmobiliaria como en el censo de afiliados a la Seguridad Social; en los restaurantes de postín de la calle Jorge Juan, en las agencias inmobiliarias del barrio de Salamanca y en las líneas del metro que conducen a la periferia de la mayor área metropolitana de España. Catalunya no queda muy atrás en esa modificación demográfica. Más de 730.000 personas nacidas en América Latina residen hoy en Catalunya, lo cual viene a representar el 9,3% de la población total.
Domingo, 5 de octubre del 2025. Decenas de miles de personas se congregan en la plaza de Colón y alrededores para escuchar un concierto de la cantante cubana Gloria Estefan, estrella de la música latina, emblema de Miami. Concierto gratuito organizado por la Comunidad de Madrid en el marco de Hispanidad 2025, el festival anual que tiene lugar en la semana del Doce de Octubre, especialmente orientado a la comunidad latinoamericana, con una gran cabalgata en la que están representadas todas las naciones del continente americano que en su día pertenecieron al imperio español. El presupuesto total de Hispanidad 2025 ha alcanzado este año los dos millones de euros y la contratación de Gloria Estefan, cerrada personalmente por Isabel Díaz Ayuso en Miami, ha costado 484.000 euros. Cada año la apuesta es más fuerte.
El gobierno que dirige Díaz Ayuso quiere ganarse la confianza y el cariño de los miles y miles de latinoamericanos que han hallado un nuevo hogar en Madrid, para vivir y trabajar, o para disponer de una vivienda de alto standing en la capital de España. Las inversiones latinas en Madrid están adquiriendo mucha fuerza y presencia. Se nota. Se siente.
Alberto Núñez Feijóo les ofrece puntos, Isabel Díaz Ayuso va más allá: “Los latinoamericanos no son inmigrantes”
La legislación española permite obtener la nacionalidad a los iberoamericanos con dos años de residencia legal en España, derecho ampliado a los nacidos en Andorra, Filipinas, Guinea Ecuatorial y Portugal. Las personas que puedan acreditar origen sefardí también puede obtener la nacionalidad española en un plazo de dos años. Esa vía de acceso a la nacionalidad quedó fijada en la reforma de 1954 del Código Civil -tiempo en el que eran los españoles los que emigraban a América- y desde entonces ningún gobierno la ha modificado en un sentido restrictivo. Dos años. Los españoles no gozan del mismo derecho en todos los países latinoamericanos. La reciente ley de Memoria Democrática permite obtener la nacionalidad a las personas nacidas fuera de España de padre o madre, abuelo o abuela, originalmente españoles.
Isabel Díaz de Ayacucho. Ese es el irónico mote que circula por algunos ambientes del Partido Popular, absortos ante los visibles esfuerzos que está realizando la presidente regional para revalidar la mayoría absoluta en el 2027 con el apoyo de la comunidad latinoamericana. La maquinaria del PP de Madrid se está empleando a fondo para captar sus simpatías y después su voto. Mientras la izquierda no sabe muy bien qué hacer con la festividad del Doce de Octubre, la derecha la está resignificando para ampliar su base social y electoral.
También en este aspecto, Madrid se está convirtiendo en un laboratorio de futuro. En Madrid DF se están estudiando los incentivos necesarios para que la población de origen latinoamericano asentada en España pase a ser el componente decisivo de una mayoría electoral de signo conservador.
El mensaje de Ayuso en contra del aborto busca la simpatía de los latinoamericanos católicos o evangélicos
Primer paso: ofrecer a los ciudadanos de origen latinoamericano un tratamiento político y emocional totalmente diferenciado del resto de los inmigrantes. “La inmigración hispana no es inmigración”, declaraba el pasado 29 de septiembre la presidenta de la Comunidad de Madrid, pocas horas después de que Alberto Núñez Feijóo presentase en sociedad la propuesta de un “visado por puntos” para los inmigrantes, en el cual sería muy bien valorado el conocimiento de la cultura española. Feijóo les ofrece puntos. Díaz Ayuso les ofrece quedar fuera de la consideración de “inmigrantes”, carpeta en la que estarían los extranjeros potencialmente conflictivos.
Vox ya apuntaba en esa misma dirección hace unos años al apostar por el concepto iberosfera . El partido que dirige Santiago Abascal nunca ha propugnado la salida de España de la Unión Europea –iniciativa que tendría muy escaso apoyo popular–, pero viene defendiendo que el espacio vital español reside en la comunión con los países iberoamericanos, manteniendo la pertenencia a la UE como una opción de mercado común. El alma en la iberosfera y la cartera en Bruselas, definida en una ocasión por Abascal como “parque temático del derecho administrativo”. Vox también propone desde hace tiempo privilegiar la inmigración latinoamericana y cerrar el paso, de manera tajante, a los inmigrantes de origen africano y magrebí.
La reciente insistencia de Díaz Ayuso en favor de una política de mayor restricción del aborto –toma de posición que ha incomodado al resto de dirigentes del PP en la medida que puede reforzar la predilección del voto femenino por el PSOE– tiene que ver con el programa latinoamericano del PP madrileño. Católicos o seguidores de iglesias evangélicas, no pocos ciudadanos de origen latinoamericano tiene una posición sobre el aborto más refractaria que los españoles de origen, bañados en los fuertes cambios culturales de la transición y en el posterior auge del feminismo en España.
