La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, mantiene su desafío al Gobierno con la ley del aborto, aunque asegura que será capaz de hacerlo “cumpliendo la ley”. Una cuadratura del círculo sobre la que, no obstante, ayer no quiso ofrecer detalles limitándose a acusar al Ejecutivo de Pedro Sánchez de “mentir” y “desprestigiarla” para eliminarla como rival político.
El registro de profesionales objetores de conciencia para la práctica del aborto es un requisito incluido en la ley aprobada en el 2023. Y, como tal, fue refrendado por el conjunto de las comunidades autónomas en una reunión celebrada hace unos meses en el marco del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.
Bergerot reprocha a Ayuso que usara la pérdidas de dos bebés para atacar a Sánchez
Pero Ayuso decidió hace escasas semanas desdecirse para emplear la interrupción voluntaria del embarazo como munición en su confrontación constante con el Gobierno central. Concretamente demonizando un listado que califica como “lista negra” pese a que, como refleja el plan de trabajo, en ningún caso se podrá compartir entre comunidades y solo se utilizará para la gestión de recursos humanos y para garantizar la prestación de la interrupción voluntaria del embarazo (IVE), sin discriminación para ningún profesional.
No obstante, el portavoz del Gobierno autonómico, Miguel Ángel García Martín, ha revelado que los servicios jurídicos de la Comunidad de Madrid están analizando al detalle el requerimiento del Gobierno para intentar esquivarlo de alguna manera.
Una circunstancia que la portavoz de Más Madrid, Manuela Bergerot, aprovechó ayer para intentar “desenmascararla”. “Ya está escondida detrás de sus servicios jurídicos, ya está reculando... Es decir, que va a cumplir la ley. Obligada, pero la va a cumplir”, añadió la líder de la oposición recordando que el Ministerio de Sanidad ya ha tramitado un requerimiento oficial por el que ha dado un mes a la Comunidad de Madrid antes de recurrir a la vía contenciosa.
Bergerot también recuperó las declaraciones de Ayuso del martes, cuando reprochó a Sánchez el haberse dirigido a ella “en tono machito” al hablar sobre el aborto, una cuestión que la dirigente madrileña dijo haber afrontado en dos ocasiones. “Comprendo el dolor de una mujer que sufre un aborto en un embarazo deseado, pero no estamos hablando de eso (...), estamos hablando del derecho al aborto”, replicó la portavoz de Más Madrid, que le pidió “empatizar con las mujeres que quieren abortar de forma segura”, sin fanáticos “rezando en la puerta” ni “propaganda sobre síndromes falsos”.
A la causa de la oposición se sumó la portavoz del PSOE, Mar Espinar, quien intento resumir la situación señalando que “igual que hay hombres feministas, como el presidente del Gobierno, hay mujeres machistas como Ayuso”.
Incluido Sánchez en la ecuación, Ayuso dejó en segundo plano el debate sobre el aborto para regresar al terreno en el que se mueve con mayor soltura: la confrontación abierta con el Gobierno central. En apenas dos minutos acusó al Ejecutivo de mentir sobre la presencia de Delcy Rodríguez en Madrid, las juergas del Tito Berni, sus pactos ocultos con Bildu, la OTAN o la amnistía.
Un movimiento calculado que le permitió esquivar un asunto incómodo para el PP nacional pero que, tras la advertencia judicial del Gobierno, amenaza con atragantársele también al PP madrileño.
