Suenan tambores de renovación al frente de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que ha puesto su sello a las investigaciones sobre los ex secretarios de organización del PSOE José Luis Ábalos y Santos Cerdán, a las pesquisas sobre la esposa y el hermano del presidente del Gobierno, Begoña Gómez y David Sánchez, y a los informes sobre el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. Y los movimientos nada tienen que ver con “acallar” –tal y como denunció la semana pasada el Partido Popular en el Senado– a la unidad anticorrupción, sino a los relevos por ascenso que cada año se producen en el instituto armado.
El Partido Popular acusa al Gobierno de intentar “acallar” a la unidad que investiga a Ábalos y Gómez
El coronel Rafael Yuste, que dirige la UCO desde junio de 2023 después de que su antecesor en el cargo ascendiese a general de brigada, ha finalizado el curso que lo capacita para ser general, por lo que podrá optar a una vacante en el generalato. En Interior, según confirman fuentes ministeriales, se preparan para este escenario inminente con el estudio de candidatos para dirigir el buque insignia de la Guardia Civil.
Hoy mismo se hacen efectivos los ceses del general de brigada Francisco Javier Sánchez Gil, hasta ayer al mando de la Jefatura de Servicios Técnicos, en Madrid, y el del también general de brigada Arturo Prieto Bozec, al frente de la Guardia Civil en la Comunidad Valenciana. Ambos pasan a la situación de reserva por cumplir cuatro años de permanencia en el empleo de general de brigada, tal y como se recoge en los ceses firmados por el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, el pasado 10 de octubre.
Hoy se hacen efectivos los ceses que dejan dos plazas libres en lo más alto del cuerpo
Es decir, dos vacantes libres que abren un proceso de ascensos que compete a Interior –con el visto bueno de Defensa–, a propuesta de la directora de la Guardia Civil, Mercedes González. El coronel Rafael Yuste cumple todos los requisitos formales para subir un peldaño en el escalafón de la Guardia Civil, según confirman fuentes policiales. No sólo ha terminado los cursos obligatorios, sino que suma otros méritos –además de haber sido en su día el primero de su promoción– que lo sitúan en una posición privilegiada para ascender.
Por tanto, el botón verde para activar el relevo de Yuste está cerca. Según fuentes de su entorno no está llevando nada bien algunas informaciones que hablan de “una patada hacia arriba” por parte del Gobierno para acometer una remodelación en la UCO. Teme que el manoseo político que se está realizando sobre el asunto empañe su notable historial.
La misma fórmula con la que Yuste llegó a la UCO –aquella sin denuncias de querer amordazar a la unidad– se puede repetir. Alfonso López Malo ascendió a general de brigada para ocupar el mando de la Jefatura de Policía Judicial. Un movimiento, previo a que explotasen los casos de presunta corrupción que están haciendo mella en el Gobierno, que entonces no fue nada polémico. Tampoco habían salido a la luz las maniobras de la llamada fontanera del PSOE para buscar información contra el jefe del departamento de delincuencia económica de la UCO, Antonio Balas.
Interior se prepara para el cambio con el estudio de candidatos ante un posible relevo en diciembre o enero
En las próximas semanas se abrirá la convocatoria a la que podrán optar también candidatos que el pasado año se quedaron sin su ascenso. Un órgano colegiado establecerá un listado en orden de puntuación, que es elevado a la dirección de la Guardia Civil. Esa propuesta se traslada al ministro del Interior para su firma, que no está obligado a cumplir el orden propuesto por los uniformados. Pero si no elige a los mejor situados, debe justificarlo. Esa falta de justificación acabó dando la razón al coronel Diego Pérez de los Cobos en su batalla contra Marlaska en los tribunales. Pérez de los Cobos se jubiló sin ser general. Algo que nadie cree que suceda con el coronel Yuste, a quien todas las fuentes consultadas sitúan en la cabeza de los ránking de ascenso.
La burocracia puede situar el nombramiento en diciembre o enero, aunque en Interior no quieren hablar ni de calendarios ni de quinielas, pese a que desde algunas asociaciones de la Guardia Civil enfrentadas se está intoxicando con posibles candidatos sin ninguna base. Por el momento, el argumentario para contrarrestar los ataques por parte de la oposición sigue pasando por la idea de que este Gobierno “no instrumentaliza” a las fuerzas y cuerpos de seguridad para “espiar al contrincante político ni destruir pruebas de corrupción”.
Una plantilla que ha crecido un 150% desde el 2018
Cuando en junio de 2018 el entonces vocal del Consejo General del Poder Judicial –a propuesta del Partido Popular– Fernando Grande-Marlaska llegó al Ministerio del Interior, la plantilla de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil contaba en sus filas con 428 agentes, de los que 346 eran efectivos reales. Una tasa de cobertura de la plantilla del 80%. Poco más de siete años después –Marlaska es el ministro del Interior que más ha permanecido en el cargo–, la unidad anticorrupción cuenta con 581 uniformados, de los que 558 son efectivos reales, lo que eleva la cobertura de la plantilla al 96%, según datos a los que ha tenido acceso La Vanguardia. Eso supone un crecimiento en estos años del 153%. Unas cifras con las que en Interior sacan pecho ante las acusaciones de la oposición de querer desmantelar la unidad con cuyos informes, sobre todo el del ex alto cargo socialista Santos Cerdán, han hecho tambalear al Gobierno. “Hay una apuesta decidida por reforzarla”, repiten desde el ministerio, que ha asignado en 2025 un presupuesto ordinario de inversiones para la UCO de 1,1 millones de euros. En 2018 la cantidad fue de 570.254 euros.
