Correa encabeza el juicio final de la Gürtel: “es imposible que me acuerde después de 20 años”

Audiencia Nacional

La mayoría de los 25 acusados pactab con la Fiscalía para rebajar las penas a cambio de reconocer los delitos fiscales y el blanqueo del dinero proveniente de la trama de corrupción

Correa encabeza el juicio final de la Gürtel: “es imposible que me acuerde después de 20 años”
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Correa encabeza el juicio final de la Gürtel: “es imposible que me acuerde después de 20 años”

EFE

“Es imposible que sea preciso, han pasado 20 años”. Esta frase repetida por Francisco Correa, líder de la trama Gürtel, es un claro reflejo de lo que es el último juicio sobre este caso de corrupción que ha empezado hoy en la Audiencia Nacional. Fue la corrupción de una época, cuando José María Aznar gobernaba en España y los alcaldes de muchas localidades madrileñas eran del entorno de Esperanza Aguirre. Sus cabecillas fueron enviados a la cárcel en el 2009 y desde entonces han entrado y salido para cumplir condenas. Ahora, 18 años después, afrontan el último de los 13 juicios.

Correa encabeza el juicio final de la Gürtel: “es imposible que me acuerde después de 20 años”

Francisco Correa (d), líder de la trama de corrupción conocida como Caso Gürtel y Pablo Crespo (c), su máximo colaborador, en la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares (Madrid) 

Javier Lizon / EFE

Correa, su número dos en la trama Pablo Crespo y otros 18 acusados, de un total de 25, han pactado con la Fiscalía Anticorrupción para reconocer los hechos a cambio de una rebaja de la pena. Lo que quieren es no volver a  la cárcel o de tener que hacerlo que sea el menor tiempo posible.

En esta pieza se enjuician delitos fiscales y de blanqueo de capitales logrados por el entramado corrupto a través de sobornos a cargos del PP en ayuntamientos y comunidades autónomas para conseguir adjudicaciones de contratos entre 1998 y 2009.

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Francisco Correa (d), líder de la trama de corrupción conocida como Caso Gürtel y Pablo Crespo (a su lado), su máximo colaborador, en la Audiencia Nacional 

Javier Lizon / EFE

Después de casi dos décadas, el escenario del juicio es distinto al primero. Uno de los acusados ha fallecido, una de las dos fiscales que destapó la causa ya no está en Anticorrupción, ni el juez que ordenó su detención, Baltasar Garzón, ejerce como juez, ni su sustituto Pablo Ruz está ya en la Audiencia Nacional.

En la sesión de hoy, Correa ha sido el único que se ha sometido a las preguntas de la fiscal y de algunas defensas. El resto de los que han ido desfilando simplemente han reconocido las acusaciones de Anticorrupción sin más.

Pero Correa se ha dejado escuchar. Él quiere ayudar, quiere colaborar, dice, pero es “imposible” poder acordarse de los detalles que pretende la fiscal dos décadas después de que se produjeran los hechos.

El ex empresario no ha tenido problema en reconocer que él se negó a hacer la declaración de la renta, es decir, optó por vivir ajeno a las obligaciones tributarias. Entonces, todo el dinero que fue obteniendo de contratos de ayuntamientos de Madrid dirigidos por alcaldes del PP, lo movía a través de sociedades que acababan en paraísos fiscales.

La fiscal intentó justificar que el dinero blanqueado provenía de la corrupción, habló de los trajes del expresidente valenciano Francisco Camps, puso audios de conversaciones entre Correa y otros acusados y quiso que el líder de la trama entrase en el fondo de las preguntas.

Pero Correa no se acordaba, había pasado mucho tiempo. “Quiero dejar claro que quiero ayudar pero es imposible que me acuerde”, aclaró al presidente del tribunal Fernando Andreu, ante la insistencia de la representante de Anticorrupción. “Si no lo recuerda dilo y ya está, aquí paz y después gloria”, zanjó el magistrado. 

En la vista se respiraba más tranquilidad que en otros juicios. Se han podido incluso ver sonrisas de los principales acusados. Correa se preocupa por los suyos y así se vio cuando uno de los acusados, José Luis Izquierdo, considerado el contable de la trama, se reclinó, bajando la cabeza hacia sus rodillas.

Correa estaba declarando pero se fijó que algo no iba bien y le pidió a Crespo, al lado de Izquierdo, que mirara qué pasaba. Le levantó y le pasó el brazo por el hombro. El tribunal está permitiendo a los acusados que una vez que declaren ya no tengan que volver a la vista, con lo que este trance será corto.

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