Ante el inminente anuncio por parte del Ministerio de Hacienda de una propuesta para la nueva financiación autonómica, que debería llegar los “próximos días” según la ministra María Jesús Montero, el Govern de Catalunya dio ayer algunas pistas de por dónde pueden los tiros. De ellas se deduce que lo más probable es que la propuesta de Hacienda no esté basada en el llamado principio de ordinalidad -principio que permite que un territorio reciba un nivel de recursos conforme a lo que aporta-, pero sí que Catalunya logre el objetivo que persigue este criterio por la vía de los hechos, es decir, por medio del nuevo reparto de una mayor aportación de recursos por parte del Estado.
La portavoz del Govern, Sílvia Paneque, se esforzó ayer en reivindicar el efecto que produce este criterio financiero, pero evitó con el mismo empeño el debate nominal al respecto señalando que “lo importante, más allá de la palabra -ordinalidad-, es que haya una proporcionalidad entre los recursos que generamos y los que recibimos; esto se llama ordinalidad”, alegó en rueda de prensa posterior al Consell Executiu.
La portavoz insistió en este argumento ante la posibilidad de que Hacienda no plasme de forma explícita el principio de ordinalidad en su propuesta de financiación. Reivindicó los criterios que deben permitir que Catalunya escale posiciones en el cuadro de financiación de las comunidades autónomas –es la tercera en aportar al régimen común en términos de recaudación bruta y la décima en recibir recursos–, así como el principio de autonomía fiscal -la recaudación y gestión progresiva de todos los impuestos– que también recoge el pacto entre el PSC y ERC para la investidura de Salvador Illa: “Son cuestiones que más allá de la palabra, tienen que estar recogidos, sobre todo para contar con los recursos”, por tanto, “de una u otra manera tienen que estar presentes” en la propuesta que estos días ultima Hacienda, reclamó.
El Gobierno ya evitó comprometerse con este criterio en el acuerdo bilateral con Catalunya de julio
Pero una cosa es que el nuevo reparto de fondos permita una aproximación de facto al criterio de ordinalidad y otra bien distinta reflejar en el nuevo modelo este criterio como principio rector. No son pocas las autonomías que rechazan este principio y el Gobierno ya evitó recogerlo más allá del preámbulo en el acuerdo de la última comisión bilateral Generalitat-Estado, celebrada el pasado mes de julio. Solo se mencionó para dejar claro que la ordinalidad es tan solo la propuesta que plantea Catalunya. Hacienda no se opone a la ordinalidad por principio, pero cree que condicionar todo el sistema de financiación a este criterio puede romper el principio de igualdad porque dejaría la financiación al albur de dónde se vive.
La cuestión es si la solución que se prevé será del agrado de ERC, que ya criticó el acuerdo de la bilateral porque a su juicio “se quedaba corto” y era “ambiguo”. De momento, los republicanos admiten avances en el montante de recursos que ganaría Catalunya con el nuevo sistema, lo que permite afirmar que esta aportación acercaría a Catalunya a un nivel de financiación parecido al que lograría mediante la ordinalidad. También falta saber si este nuevo reparto incluiría algún tipo de blindaje para el futuro o ante posibles cambios de gobierno. De momento, en el partido de Oriol Junqueras señalan que pactar una cifra “no es –pactar– un nuevo modelo de financiación”.
“Lo importante, más allá de la palabra, es la proporcionalidad entre lo que generamos y lo que recibimos”
Hasta que Hacienda no presente su propuesta no se aclararán todas las dudas, entre las que también figura la fórmula por la que apostará el Gobierno para facilitar que Catalunya recaude todos los impuestos progresivamente, empezando por el IRPF, como figura en el pacto de investidura de Illa. Fuentes del Govern aseguran que solo se puede hacer modificando la ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (Lofca), algo que el ministerio prevé incluir en su propuesta para ofrecerla a todos los territorios.
Pero con la misma crudeza, fuentes del Ejecutivo catalán advierten de la práctica imposibilidad aritmética de llevar a cabo esta reforma a día de hoy, que en todo caso recaería en el sustituto de Montero cuando esta dé el salto a Andalucía para competir como candidata en las urnas.
