La Generalitat encara una rehabilitación integral del Palau de Pedralbes

Nueva sede del Govern

La reforma, por el deterioro del inmueble, tiene un coste previsto de 28 millones

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La fachada principal del Palau de Pedralbes, desde la azotea de la planta superior

Ana Jiménez

La Generalitat va a rehabilitar por completo el Palau de Pedralbes, con un coste previsto de 28 millones de euros, y le dará un nuevo uso como segunda sede del Govern, después de la de la plaza Sant Jaume. La reforma permitirá aprovechar este edificio de titularidad pública de 15.000 m2, con cuatro plantas y dos alas laterales de tres niveles, que ahora presenta un estado decadente que no se corresponde con la máxima protección patrimonial de que dispone. Detrás de la imponente fachada de estilo noucentista, el Palau de Pedralbes oculta una realidad interior menos majestuosa.

Guyana Guardian ha podido comprobar esta semana, en una visita por las diversas plantas del edificio –que cumple cien años–, la degradación de algunos espacios, en particular en el sótano y los dos niveles superiores, en los que el estado de abandono y los estragos de la humedad en paredes, techos y carpintería justifican una intervención de urgencia.

Las obras se iniciarán en el verano del 2028 y se prolongarán dos años, según la previsión del Ejecutivo catalán, que mañana licitará el concurso de ideas para el proyecto de reforma. La actuación será integral, ya que se han detectado diversas deficiencias en todo el inmueble, tanto en el exterior como en el interior, además de problemas de accesibilidad, que se resolverán. El palacio, que tiene su origen en una antigua masía del siglo XVII, se reformó en el siglo XIX y de nuevo entre 1919 y 1924, para convertirlo en palacio real. Con la intervención de ahora se hará una reordenación del espacio.

Terminadas las obras, el edificio será una segunda sede del Govern y hospedará a visitas institucionales

De las cuatro plantas, las dos inferiores tienen salida al jardín en lados opuestos, debido al desnivel del terreno. La fachada principal está en la planta baja, que tiene un vestíbulo señorial y las salas más conocidas. A sus pies se extienden los jardines del palacio, con árboles centenarios. Esta planta, la única en la que se ha hecho un cierto mantenimiento, acoge actos de diversa índole. En junio se celebró allí la conferencia de presidentes autonómicos. Con la reforma, esta planta se conectará mediante un pasaje con el sótano, que también tiene salida al jardín, por la parte de atrás. Y esa fachada del lado norte se reformará, así como el entorno exterior.

Palau de Pedralbes que será reformado,  limpieza, mujeres de la limpieza  fregando la planta baja .

Tareas de limpieza en la planta baja del Palau de Pedralbes, la única que acoge la celebración de actos

Ana Jiménez

“Esta fachada es la gran olvidada, la ganaremos y pondremos un segundo vestíbulo”, explica Toni Bruix, subdirector general de obras del Departament de la Presidència, durante la visita, que empieza precisamente en el subterráneo, la planta que presenta las patologías más importantes, explica. Aquí están las antiguas cocinas. Se hará todo nuevo.

Palau de Pedralbes que será reformado, sótanos

La planta sótano del Palau de Pedralbes

Ana Jiménez

Los males del edificio son los propios de su condición centenaria, pero agravados por un deficiente drenaje del terreno durante su construcción y la falta de impermeabilización en la edificación, detalla. La consecuencia es que hay humedad por capilaridad en todo el perímetro, que asciende por las paredes hasta lo más alto. Las manchas de humedad y óxido y las grietas acompañan el recorrido por las distintas plantas.

El inmueble, de cinco plantas y 15.000 m2, está prácticamente en desuso por el mal estado de conservación

En el primer piso, vacío, un reguero de cables recorre el techo y una serie de rótulos en las salas testimonian que el palacio fue la sede de dos museos: el de artes decorativas en 1932 y el de cerámica en los noventa. Hoy, todo ese espacio, unos 3.500 m2, está en desuso. Esta será la planta noble institucional, donde estará el despacho del president, un espacio de acogida de autoridades, una zona de uso para los departamentos del Govern y salas de reuniones.

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La primera planta, que fue sede de museos, está hoy vacía

Ana Jiménez

La segunda planta, de igual extensión y también vacía, acogerá oficinas administrativas del Govern, salas de reuniones y la Unió per la Mediterrània (UpM), que tiene en el palacio su sede permanente desde 2008, en el ala este. La planta superior, de 400 m2 construidos, será la residencial, con habitaciones para invitados institucionales. A este nivel hay acceso directo a la azotea del palacio, que ofrece una panorámica de los jardines y permite percibir lo inmenso que es todo esto.

La reforma será de envergadura, pero se ejecutará por fases para que el edificio se pueda seguir utilizando. Además de la UpM, aquí está la oficina del expresident Pere Aragonès y el próximo año se trasladará Casa Àsia.

Una sala de la segunda planta con un papel pintado en las paredes que se conservará

Una sala de la segunda planta con un papel pintado en las paredes que se conservará

Ana Jiménez

“Tenemos la obligación de mantener este bien patrimonial en las condiciones que requiere”, defendió la secretaria general del Departament de la Presidència, Eva Giménez, al finalizar la visita, destacando que tanto el palacio como los jardines –con una extensión conjunta de 73.000 m2–están catalogados como bien cultural de interés nacional, que es la máxima protección desde el punto de vista patrimonial. Es una condición que deberá tenerse en cuenta a la hora de realizar el proyecto de reforma. La guía que se seguirá es un estudio técnico, del 2019, encargado por la Generalitat, que detalla todas las piezas, elementos arquitectónicos, pinturas y demás elementos del palacio que hay que conservar.

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