Los comicios extremeños reabren la guerra entre Sumar y Podemos convirtiendo a IU en su rehén

Izquierda alternativa

El adelanto electoral precipita las estrategias de una izquierda que aún no ha cicatrizado las heridas de su división

GRAFCAV1291. PAMPLONA, 17/07/2023.- La candidata de SUMAR para las próximas elecciones generales, Yolanda Díaz (i), ha participado este lunes en Pamplona en un acto de su formación junto a la líder de Podemos, Ione Belarra (d), y la candidata navarra al Congreso Idoia Villanueva. EFE/Villar López

Yolanda Díaz (i) e Ione Belarra (d) en una foto de archivo 

Villar López / EFE

El adelanto electoral en Extremadura está tensando al máximo las costuras del espacio a la izquierda del PSOE. La inesperada llamada a las urnas hecha por María Guardiola (PP) está obligando a las formaciones progresistas a precipitar sus estrategias cuando las fracturas previas aún no se habían cerrado. La relación entre Sumar y Podemos, rota desde hace casi dos años, se ha deteriorado aún más ante la imposibilidad de recomponer un proyecto común. Y en medio de ambas fuerzas ha quedado Izquierda Unida, llamada en su día a ejercer de mediadora y hoy convertida en rehén de la disputa.

En la comunidad extremeña opera desde hace años la coalición Unidas por Extremadura, integrada por Izquierda Unida y Podemos, pero sin la participación de Sumar, que no existía cuando se constituyó. Esa circunstancia ha permitido a Podemos mantener el control del espacio y utilizarlo como escaparate para exhibir fortaleza frente a la plataforma de Yolanda Díaz, a la que acusa de ser una fuerza “subordinada” al PSOE.

Podemos apremia a IU para que elija entre reeditar alianzas o mantener su vínculo con el grupo plurinacional, al que ha calificado de “fracaso” que ha “perjudicado a la izquierda alternativa al PSOE”

La situación ha colocado a Izquierda Unida en un punto de equilibrio cada vez más difícil. El partido que lidera Antonio Maíllo forma parte de la coalición nacional de Sumar -con presencia incluso en el Consejo de Ministros-, pero en Extremadura mantiene una alianza estable con Podemos. Romper con uno de los dos socios supondría dinamitar el delicado andamiaje de la izquierda alternativa justo cuando el adelanto electoral ha elevado la tensión entre las formaciones.

Sumar, por de pronto, ha optado por desactivar el choque. “Ganar al PP en las urnas es una prioridad; por eso vamos a estar allí donde podamos ser útiles para que el cambio político se produzca”, ha declarado este lunes su coordinadora general, Lara Hernández. La dirigente ha confirmado que la plataforma respaldará el espacio de Unidas por Extremadura y pedirá el voto para Irene de Miguel, la candidata de Podemos. “Nos ponemos desde este mismo instante a su plena disposición para trabajar juntas y ganar al PP extremeño”, ha añadido.

Podemos, en cambio, ha cerrado filas, descarta cualquier negociación con Sumar e incluso ha decidido exigir a Izquierda Unida unos niveles de lealtad innecesarios tras el paso a un lado de Sumar. En base a esa estrategia morada, su secretario de Organización, Pablo Fernández, ha emplazado a los de Antonio Maíllo a elegir entre reeditar alianzas con su partido o mantener su vínculo con el grupo plurinacional, al que ha calificado de “fracaso” que ha “perjudicado a la izquierda alternativa al PSOE”. “Llega el momento de tomar una decisión”, ha advertido, antes de anunciar una consulta exprés a la militancia -entre el 6 y el 10 de noviembre- sobre la fórmula con la que concurrirán a las urnas.

El pulso extremeño ya es de por sí, una encrucijada para el espacio. Pero solo es el primer reflejo de un conflicto de fondo que atraviesa todo el mapa político. Desde su ruptura en diciembre de 2023, Sumar y Podemos han seguido caminos divergentes. La plataforma de Yolanda Díaz ha defendido la necesidad de construir coaliciones amplias para evitar la atomización del espacio progresista y plantar cara con mayor solidez al bloque de PP y Vox. Podemos, por el contrario, ha reivindicado su autonomía frente al PSOE y ha acusado a Sumar de sostener un “Gobierno de la guerra”, en alusión al aumento del gasto en Defensa.

Por esa razón Podemos ha decidido desligarse de Por Andalucía, el proyecto plurinacional vigente en la comunidad andaluza -donde se esperan elecciones en mayo- y homologable a Unidas por Extremadura, con la salvedad de que en el experimento andaluz sí que forma parte Sumar. Esa decisión puede sumir a Podemos en una crisis por las posibilidades reales de no obtener ni un solo diputado, según las encuestas. Pero la dirección morada cree que es innegociable para preservar su autonomía ante los de Yolanda Díaz.

Esa pugna por el liderazgo de la izquierda también tendrá su réplica en Castilla y León. Territorio en el que habrá elecciones a principios de 2026 y donde el encaje entre IU, Podemos y Sumar continúa sin resolverse. Fernández ha advertido que en esos territorios “no hay espacio para todos” y ha exigido a IU que decida si “trabajar codo con codo con Podemos para poner a la izquierda en pie” o continuar, como ha dicho, con el “experimento fallido” de Sumar.

Así las cosas, los de Yolanda Díaz tratan de reforzar su estructura territorial sin agravar las fracturas, los de Ione Belarra se apoyan en sus bastiones regionales para demostrar músculo político. Lo que evidencia una vez más la incapacidad de la izquierda alternativa al PSOE para sumar fuerzas sin volver a dividirse justo antes de un nuevo ciclo electoral decisivo para “frenar el auge de la derecha y la extrema derecha”, como todos ellos resaltan.

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