Ferran Pedret (Barcelona, 1979) presidente del grupo parlamentario del PSC en el Parlament, avala que el Govern de Salvador Illa siga gobernando aunque no consiga aprobar unos presupuestos en 2016, pero valora el carácter propositivo de ERC en el Parlament frente a la actitud de Junts, del que sostiene que se mueve por un cálculo partidista equivocado.
¿En qué cree que notan los ciudadanos el cambio de gobierno más allá del clima y de la normalización política?
Cuando nos desplazamos al territorio, a hablar con entidades, con instituciones como ayuntamientos, mucha gente nos reconoce que existe una interlocución mucho más fluida y directa por parte del Govern de la Generalitat, que escucha más y está muy encima de los temas, que les sigue de cerca. Además, la agenda social ha vuelto muy claramente sobre la mesa. Se habla mucho más de cuestiones que son muy relevantes para las clases populares y trabajadoras, como la sanidad pública, la educación, los servicios sociales, la vivienda… Y en todos y cada uno de estos terrenos se están introduciendo mejoras que vienen a intentar solucionar algunos problemas estructurales.
Al Govern se le critica sus grandes anuncios en materia de vivienda y tal vez poca efectividad en el corto plazo, por ejemplo en Rodalies ¿Ocuparse de estos retos es poco agradecido, políticamente?
Puede que sea poco agradecido, pero es estrictamente necesario. Con las infraestructuras ferroviarias o con la vivienda, obviamente, los resultados nunca se ven a corto plazo. Pero es necesario hacer las políticas ambiciosas para que acaben dando algún rédito en el futuro. Las políticas que piensan a medio y largo plazo, que involucran tareas de mucha complejidad, no son incompatibles con otras que tienen que ver con el corto plazo. En materia de vivienda, por ejemplo, no es incompatible construir y hacer políticas que intervienen, que regulan, que ponen topes al alquiler… Todo a la vez y en todas partes es lo que hay que hacer con las políticas de vivienda. Si el reproche que nos deben hacer es un exceso de ambición y planificar, bienvenido sea el reproche.
Los grupos de la oposición critican al Govern por no tener una perspectiva para aprobar los presupuestos. Esta crítica será una constante…
Sí, es posible. Algunos de los que más lo critican son formaciones que ya han dicho que no están dispuestos ni a negociarlos, lo cual me permite dudar sobre la sinceridad del propósito de la crítica. Queremos que haya unos buenos presupuestos y que estén lo antes posible, pero con el acento puesto en que haya un buen acuerdo. No tengo ninguna duda de que en el momento en que sea posible esto se llevará.
Si no hay presupuestos, el Govern no se plantea un adelanto electoral ¿Esto no sería una rémora política e incluso democrática?
Lo que no haremos es detener más a un país que lleva muchos años, más de una década, esperando que haya soluciones estructurales a los problemas que comentábamos. El país no puede esperar más. La ciudadanía quiere mejoras en vivienda, sanidad, educación, infraestructuras… Por tanto, sería una irresponsabilidad detener las políticas públicas que están poniéndose en marcha. El Govern ya ha acreditado que puede gobernar y llevar a cabo transformaciones importantes sin necesidad de unos presupuestos. Los preferimos, trabajaremos para que estén, pero el Govern gobernará.
Ferran Pedret, en el Parlament de Catalunya
¿Pero sin presupuestos no serían un Govern más inestable?
Hemos aprobado el 96% siendo de las iniciativas que hemos llevado a votación en el Parlament. Ya quisieran muchos gobiernos con minoría esa estabilidad.
Sin un acuerdo para la financiación, ERC no negociará estos presupuestos. Pero ¿ve posible aprobar en el Congreso las reformas legislativas necesarias para reformar el modelo de financiación?
Si hay un acuerdo sobre el nuevo modelo de financiación no será solo porque el Govern y el Gobierno de España se hayan puesto de acuerdo, sino también porque otros territorios habrán visto que convenía mucho reformarlo y que no es un juego de suma cero. Por tanto, no entenderíamos que el conjunto de las formaciones políticas no dieran su aval a un nuevo modelo de financiación que todo el mundo ha diagnosticado que es necesario reformar. Lo han dicho gobiernos de todo color y signo en los últimos años, en casi todos los territorios. Si la necesidad existe, hay incentivos para todos.
¿Ve al PP votando a favor de estas reformas legislativas teniendo en cuenta que sus territorios tienen una idiosincrasia muy diferente?
El PP gobierna, todavía, algunos territorios que comparten problemas muy similares a los de Catalunya con el modelo de financiación actual, por tanto deberán dar muchas explicaciones a los ciudadanos de donde gobiernan para no acordar un nuevo modelo de financiación que, si se acuerda, con toda probabilidad será mejor para el conjunto de la ciudadanía.
¿Cómo ve el papel de ERC en esta legislatura?
Tenemos una relación fluida y estable, tanto con el grupo parlamentario de ERC como entre partidos. Por supuesto, practican un alto grado de exigencia hacia el Govern de la Generalitat, como creo que corresponde, pero la crítica que hacen normalmente va acompañada de propuestas y esto facilita mucho la labor parlamentaria de intentar llegar a acuerdos. No tienen una actitud de bloquear o de impedir. Tenemos también un grado de coincidencia con los demás partidos de izquierdas y, significativamente, con los que acordamos la investidura. Estamos por encima de los dos tercios de coincidencia en el sentido del voto, por tanto, me parece que vamos bien alineados.
¿Y cómo está viendo el tipo de oposición que practica Junts en Catalunya?
Se parece mucho a la que practica el PP en el Congreso, seguramente con un punto más de educación y de contención con la retórica, pero así como ERC acompaña su crítica de propuesta y de posibilidad de acuerdo, Junts parece haber decidido practicar una oposición poco útil, estéril, para el conjunto del país y para los electores de Junts. Nos resulta incomprensible que Junts no haya entrado en el amplio consenso de país que es el Pacto Nacional por la Lengua. Creo que sólo una estrategia de cálculo partidista, seguramente equivocado, puede conducir a una actitud como esta.
¿Quizás la presión electoral que ejerce Aliança Catalana tiene mucho que ver en este sentido?
Yo quiero ser muy respetuoso con los procesos de reflexión estratégica que vive en otros espacios políticos y nos parece que Junts está inmerso en un proceso de reflexión estratégica que visto desde fuera da un cierto aspecto de desorientación. Es posible que algunas de sus decisiones estén condicionadas por esa presión. En el combate contra la extrema derecha hemos echado de menos tanto a Junts, en lo que se refiere a Aliança, como al PP, en lo que se refiere a Vox. Y nos parece que tienen una posición de responsabilidad especial a la hora de combatir este fenómeno.
¿Y cómo explica la ruptura de Junts con el PSOE? ¿Cree que había razones de peso para esta ruptura o es sólo un cálculo estratégico?
De los acuerdos suscritos entre el PSOE y Junts en el marco de la investidura de Pedro Sánchez hay varios, y no menores, cumplidos. Otros están intentándose cumplir y en lo que depende del Gobierno de España se está haciendo todo lo que está en sus manos. Cuando los socialistas suscribimos acuerdos es porque consideramos que el acuerdo es positivo para el conjunto de la ciudadanía y, por tanto, lo hacemos nuestro. Con o sin ruptura, se trabajará por el cumplimiento de los acuerdos establecidos.
¿Y cómo ve la presidencia de Josep Rull en el Parlament? ¿Ve diferencias entre su perfil y el cambio que está cogiendo en su discurso Junts?
Soy muy respetuoso de los procesos de debate estratégico en las otras formaciones. Lo que creo que es que Josep Rull, con quien, obviamente, tenemos diferencias, tiene una estima innegable por la institución. Tiene un sentido institucional que vale la pena poner en valor. Pertenece a una tradición política, a un partido, pero intenta presidir la Cámara con ecuanimidad.
¿Puigdemont, Oriol Junqueras... Cree que ha pasado el tiempo ya de esos liderazgos que cogieron tanta fuerza durante el procés?.
No creo que deba pronunciarme sobre los liderazgos de otras formaciones políticas. Lo que sí puedo decir es que estoy absolutamente convencido de que la inmensa mayoría de la ciudadanía de Catalunya lo que quiere es proyectar juntos el futuro y no revivir los momentos muy polarizados y divisivos que hemos tenido en los últimos años.
¿Los cordones sanitarios a la ultraderecha sirven de algo
Es necesario combatir a pie ya caballo la extrema derecha. En las instituciones debe hacerse, combatiendo sus argumentos, sus discursos, su odio, pero el trabajo principal para combatir a la extrema derecha es con las políticas públicas dirigidas a remover las causas de los malestares sociales que la extrema derecha quiere convertir en arma. La extrema derecha identifica una serie de malestares sociales y pretende focalizar esta frustración, ese malestar hacia grupos como los inmigrantes, la Anti-España o lo que sea, y entonces simplifica los mensajes. Después, en el momento en que tocaran poder se olvidan inmediatamente del ciudadano corriente y gobiernan para el gran capital. El trabajo principal debe hacerse en la calle, en los barrios, en las ciudades; ir al foco del problema y a una distribución mucho más igualitaria de la riqueza, de las oportunidades y de ahí el discurso y las políticas del presidente Illa relacionadas con la prosperidad compartida. Va de eso.
Sin embargo, las encuestas también situando un PSC un poco a la baja.
Veremos cuáles son las tendencias, pero estamos convencidos de que estamos bien orientados, La economía crece, crece el empleo, el número de afiliados de la Seguridad Social, aunque este crecimiento aún no ha alcanzado suficientemente el nivel que pensamos que sería óptimo de distribución de la prosperidad. Hay que orientarse hacia aquí. Nosotros estamos convencidos de que va a dar resultados.
¿Tiene la sensación de que se legisla poco en el Parlament?
Yo vengo del campo del derecho y hay un aforismo que dice: leyes, pocas y buenas. Son muy importantes las reformas legislativas que deben introducirse cuando aportan una clarificación, cuando facilitan a la ciudadanía el acceso o el ejercicio de los derechos, pero esto debe ir acompañado de políticas públicas que no necesariamente siempre requieren de cambios legislativos. El adecuado balance entre la reforma legislativa y el impulso de políticas públicas es lo que creo que se está logrando con el Govern de Salvador Illa.