Santiago Abascal Conde (Bilbao, 1976), presidente de Vox, conversa con La Vanguardia en vísperas de un nuevo ciclo electoral en España. Primera estación: Extremadura, el 21 de diciembre. Después, Castilla y León, 15 de marzo del 2026. Andalucía antes del verano. Cabe la posibilidad de que se vote en Aragón si el presupuesto regional queda bloqueado, y también podría haber convocatoria en la Comunidad Valenciana si el Partido Popular y Vox no se ponen de acuerdo sobre la sucesión de Carlos Mazón. Empezamos por Valencia, hoy principal punto crítico de la política española.
Después de Mazón
No tenemos ningún miedo a elecciones en Valencia, ni en ningún otro sitio”
A finales de este mes se debe celebrar la primera votación de un candidato para suceder a Carlos Mazón. ¿Qué piensan hacer ustedes en Valencia y cuáles van a ser sus condiciones?
Vamos a hacer lo mismo que hemos hecho en otras comunidades: plantear nuestras condiciones. En la Comunidad Valenciana [antes de la dimisión de Mazón] , Murcia o Baleares, llegamos a acuerdos con el PP. En Extremadura no ha sido posible y en Aragón tampoco lo está siendo. Defendemos posiciones políticas que en la Comunidad Valenciana se plasmaron en una declaración contundente y explícita de rechazo al Pacto Verde europeo y de rechazo también a la inmigración masiva. Ese era el acuerdo que estaba vigente con el señor Mazón. No sabemos si con el sustituto que proponga el Partido Popular ese pacto seguirá vigente.
¿Van a proponer nombres?
No, nosotros no vamos a proponer nombres. Creemos que esa responsabilidad corresponde al Partido Popular.
Además del rechazo al Pacto Verde europeo y la inmigración “masiva”, ¿van a exigir algo más?
Eso es algo que vamos a tener que ver los próximos días porque estamos acostumbrados a que el Partido Popular trate de engañarnos y no cumpla con sus compromisos, como ocurrió con la participación en el reparto de inmigrantes ilegales, política que nos obligó a salir de los gobiernos regionales.
Si las conversaciones con el PP no avanzasen, ¿estarían ustedes dispuestos a ir a elecciones?
Nosotros nunca tememos unas elecciones. Lo que tememos es defraudar a nuestros electores. Lo que no seríamos capaces de asumir es convertirnos en estafadores de aquellos electores que han confiado de nosotros. Por eso abandonamos los gobiernos regionales en julio del 2024.
Se están aproximando al 20% en los sondeos. Cuál es su propósito: ¿superar al Partido Popular o influenciarlo cada vez más?, ¿quieren cambiar el cuadro o mover el eje?
Nosotros nos planteamos superar al PP y superar al PSOE. Que quede claro, nosotros no somos el relevo del PP, nosotros somos una opción nueva para todos los españoles. A nosotros nos están votando muchos españoles que habían votado al PP, al PSOE y a otras fuerzas de izquierda. También nos están votando muchos abstencionistas. Nuestra pelea no es con un partido en concreto, sino con todos ellos porque consideramos que son lo mismo. Consideramos que el bipartidismo es un bloque, como lo ha demostrado durante muchos años con sus pactos en Bruselas. Tenemos vocación de ser la primera fuerza política de España porque creemos tener respuestas para los españoles de todas las regiones.
¿Cómo es su relación personal con Alberto Núñez Feijóo? ¿Se entienden fácilmente?
El pasado martes tuve una conversación con el señor Feijóo sobre Valencia y yo le dije en privado, lo mismo ahora digo en público. La relación es cordial, pacífica, pero con unos planteamientos políticos verdaderamente alejados. Hay una gigantesca distancia política. No comprendemos la política de oposición del PP, no comprendemos que siga instalado en el bipartidismo de Bruselas.
¿Formaría parte de un Gobierno presidido por Núñez Feijóo?
Nosotros no nos presentamos a las elecciones para incordiar, ni para ser comparsas de nadie. Podemos formar parte de un Gobierno, y, a ser posible, liderarlo. Nosotros queremos gobernar, sí, y queremos cambiar España. No vamos a adelantar acontecimientos. Lo que sí puedo decir es que la presencia de Vox, si hay un cambio en España, será decisiva dentro o fuera del Gobierno.
Últimamente se habla en círculos de Madrid de una pinza PSOE-Vox para debilitar al PP, ¿existe esa pinza?
La verdad que es sorprendente oír eso, cuando lo que hay es una pinza entre PSOE y PP. Nosotros nos hemos querellado contra el presidente del Gobierno y queremos sentarle en el banquillo. En los procedimientos judiciales contra su mujer y su hermano, Vox está personado como acción popular. Y también queremos querellarnos contra el PSOE por financiación irregular. Esa historia de la “pinza” es una campaña del PP y de sus medios acólitos.
Desde que entraron en el Congreso, la preocupación de los españoles por la inmigración se ha multiplicado por dos, según el CIS. ¿A qué lo atribuye? ¿Al discurso de Vox o al aumento de inmigrantes desde 2019?
Los datos del CIS hay que ponerlos siempre en solfa, pero desde que nosotros entramos en el Congreso en 2019, empezamos a denunciar la invasión migratoria y desde entonces han entrado tres millones de personas en España. No hay más policías, por tanto, no hay más seguridad; no hay más hospitales, por lo que hay más listas de espera... Cada vez hay más dificultad para acceder a la vivienda y eso tiene mucho que ver con la inmigración. Es decir, cada vez hay más españoles perjudicados por esa inmigración masiva y cada vez hay más españoles perjudicados por la inseguridad que trae la inmigración masiva. Ha aumentado la preocupación porque hay más problemas y también porque Vox ha ayudado a concienciar a la sociedad.
¿Cree realmente que se puede prescindir de los inmigrantes?
Bueno, nadie está diciendo que esto sea sencillo. Es muy complicado, pero desde luego creo que España no necesita más inmigración. Hay un 10% de españoles en paro y un 15% de la población inmigrante legal está en paro, una cifra que aumenta al 25% entre los africanos. Hay que deportar al que entre ilegalmente en España y al que cometa delitos. Y al que está aquí legalmente y ha dejado de trabajar y vive de la asistencia social, pues también hay que decirle que se vaya a su país. Yo creo que eso es todo lo que hay que empezar a hacer. Sin embargo, están haciendo todo lo contrario, se promueve esa inmigración ilegal, se regulariza y se nacionalizan a toda prisa sin que sepan español para alterar el censo electoral en España, porque esa es la última esperanza del Gobierno para poder ganar las elecciones.
“No es el momento de decir queremos este tipo de inmigración en vez de la otra. Hay que reordenar España”.
El PP distingue entre inmigración latinoamericana y del resto del mundo. ¿Debe haber dos carriles para la inmigración?
Yo creo que debía haber habido dos carriles durante estos últimos años, porque efectivamente había una inmigración que se adaptaba. En cambio, hay otra inmigración procedente de países islámicos que no se adapta y pretende que nosotros nos adaptemos a ellos. Ahora bien, llegados a este punto de invasión migratoria, creo que hay que parar porque, como les decía, hay un 15% de inmigrantes legales en paro. Hay que parar. España no puede asumir más inmigración. No es el momento de decir queremos este tipo de inmigración en vez de la otra. Ese momento ya pasó. Hay que reordenar España. No podemos seguir siendo un país que deja escapar el talento de tantos jóvenes, y a la vez capta inmigrantes masivamente.
¿Irán ustedes a las elecciones planteando deportaciones masivas?
Vamos a plantear deportaciones de todos los que cometan delitos, aunque dispongan de papeles en regla; vamos a plantear repatriaciones masivas de todos los que entran ilegalmente.
¿Con una unidad policial especial dedicada a ello?
Probablemente muchos de los esfuerzos presupuestarios tienen que ir destinados al Ministerio del Interior para que pueda ejecutar esa política. Sabemos que la situación es muy compleja, la hemos estudiado. Hablamos con las personas que están sobre el terreno, con los policías, con los jueces, y sabemos que son muchas las cosas que hay que cambiar.
¿Es Vox el partido del gobierno de los Estados Unidos en España?
¡Qué barbaridad! En absoluto. Vox es el partido de los españoles y nosotros comprendemos a los líderes políticos que ponen en primer lugar a sus nacionales. Comprendemos que Donald Trump quiera defender en primer lugar a los ciudadanos de Estados Unidos. Entre los que somos patriotas, nos comprendemos los unos a otros. Y seguramente tendremos nuestras fricciones. Nosotros no formamos parte de ninguna multinacional que nos dé órdenes. A nosotros no nos da órdenes nadie. Creo que Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo no pueden decir lo mismo.
¿Qué relación mantiene con el Partido Republicano de los Estados Unidos?
Tenemos muy buena relación con el Partido Republicano y con el entorno de movimientos y fundaciones del movimiento MAGA (Make America Great Again) en Estados Unidos.
¿Cuál es su posición ante la figura de Vladímir Putin?
Alemania lo que ha hecho al frente de la Unión Europea es convertirnos a todos en dependientes de Rusia y ha permitido el avance de Vladimir Putin. No hay ambigüedades al respecto: en el 2022 mantuvimos en Madrid una reunión con diversos líderes europeos, incluido el primer ministro húngaro Víktor Orbán, y firmamos un documento de rechazo a la invasión de Ucrania.
Deducimos de sus palabras que no simpatiza con Vladímir Putin.
No especialmente, no.
A iniciativa de Estados Unidos se acaba de aprobar en el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución favorable a la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. ¿Qué opina?
Voy a decirlo de una manera un poco brutal: a mí lo que ocurra en el Sáhara no me importa demasiado. Lo que me preocupa es que España, teniendo una posición sobre el Sáhara y una cierta capacidad negociadora, haya modificado su posición sin recibir nada a cambio. No sabemos exactamente por qué , no sabemos si el presidente del Gobierno ha sido chantajeado personalmente. Dicho lo cual, creo que la posición de España tiene que estar centrada en los intereses de los españoles, exigiendo garantías explícitas, públicas y eternas sobre Ceuta y Melilla. Y eso no ha ocurrido.
En las últimas elecciones generales de julio de 2023, dijo que si Vox determinaba el nuevo Gobierno y en Catalunya regresaba el ‘procés’ independentista, se aplicaría un 155 mucho más duro. Diversos analistas concluyeron que esa toma de posición dio votos al PSC en Catalunya, influyendo negativamente en el resultado final del PP. ¿Repetiría esa afirmación ahora?
Sí, claro. En primer lugar, quiero decir que más que analistas, los autores de ese razonamiento eran los señores del Partido Popular queriendo eludir su responsabilidad en la derrota electoral. Nuestra posición sobre el problema de las autonomías no ha cambiado y tampoco nuestra idea de cómo aplicar el 155 en caso de que volvamos al escenario del 2017. Es verdad que no estamos en ese escenario, ni político ni sociológico. Nuestros datos nos indican que somos la primera fuerza política en Catalunya entre el colectivo de 18 y 20 años. Catalunya está cambiando mucho. La preocupación por la inmigración masiva y por la vivienda está alejando las preocupaciones más fanáticas del separatismo. Por tanto, confío en que Catalunya se centre en sus verdaderos problemas, esos problemas compartidos con el resto de los españoles. Y confío en que al frente de Catalunya no vuelva a haber líderes golpistas. Y que, por lo tanto, el Estado no tenga que volver a actuar. Pero si eso ocurriera, no tengo ninguna duda de que la legalidad constitucional debería imponerse.
¿Qué relación mantienen con el nuevo partido Aliança Catalana? Nuestra información es que la relación no es especialmente mala en el Parlament de Catalunya.
No hay relación. Probablemente no hay un choque, porque en estos momentos la Alianza Catalana está centrada en criticar la inmigración ilegal y no tanto en la ambición separatista. Y nuestro choque es con el Gobierno y con otras fuerzas políticas. Y hay una coincidencia en el mensaje contra la inmigración masiva. Creo que es una buena noticia sobre cómo está cambiando la sociedad española y cómo está cambiando también Catalunya. Creo que esas preocupaciones verdaderamente importantes van a cohesionar a los españoles y en Catalunya eso se está produciendo de una manera acelerada. Y estoy convencido que será cuestión de más tiempo, quizá de algunas décadas, pero eso va a cohesionar también a los vascos con el resto de los españoles. Hay una preocupación común. Hay un enemigo importante que quiere destruir nuestra sociedad y no respeta a las mujeres. Creo el rechazo a la inmigración masiva de gentes influidas por el fanatismo islámico va a unificar España.