Marga Prohens era buena estudiante en sus años universitarios en Barcelona. De las que sacan nota y suman matrículas. Lo dijo anoche la propia presidenta del Gobierno de Baleares en un momento distendido, al término de su intervención en una nueva sesión de Foros de Vanguardia, en el auditorio MGS de Barcelona. Prohens acababa de someterse a una entrevista a cargo de tres periodistas incisivos y demostró que llevaba su lección bien aprendida y tenía respuesta para casi todo.
Pero más que por ser buena estudiante, fue seguramente en el Parlamento balear y en el Congreso donde se curtió, en los años en los que fue portavoz y portavoz adjunta del grupo popular. Quienes recuerdan sus intervenciones en las sesiones de control al Gobierno saben que disparaba como una auténtica metralleta.
Prohens defendió el bilingüismo y dijo que en tema de lenguas prefiere enamorar a imponer
No obstante ayer vino a Barcelona en son de paz. Aunque como cualquier gobernante quiso exhibir su gestión. Sirva un ejemplo. Hay una España que se vacía, dijo, y otra España, la de las Islas Baleares, que aumenta su población residente, su población flotante, básicamente turistas, y que además recibe inmigrantes de forma irregular. El reto es adaptar los servicios públicos y las infraestructuras, en lo que Prohens denominó la “tormenta perfecta”, ya que hacen falta más recursos. Pero su gobierno ha bajado los impuestos. Entre ellos, el impuesto de sucesiones y donaciones: “Más de 24.000 familias han podido heredar sin abonar ni un euro de lo que llamábamos ‘el impuesto de la muerte’”, aseguró. La critican por suprimir un “impuesto para ricos”, dijo, pero se defendió asegurando, muy en serio, que no es así, ya que “el 94% han heredado un patrimonio inferior a un millón de euros”.
Defensora a ultranza del bilingüismo y combativa con la inmersión en catalán o castellano en la escuela, hizo su intervención inicial combinando ambas lenguas. La entrevista a tres bandas fue en catalán. “Tenemos que enamorar con nuestra lengua, enamorar e imponer son opuestos”, aseguró, para defender que se hubiera eliminado el requisito de catalán por ejemplo para atraer profesionales sanitarios, de los que había déficit. No es de extrañar esta defensa de las lenguas en quien se graduó como traductora e intérprete en alemán e inglés en la Universitat Pompeu Fabra. “Lo recuerdo como unos años maravillosos”, dijo.
Fue en esa época, explicó, cuando le diagnosticaron esclerosis múltiple, con 19 años. Cuando abrió el sobre con los resultados de la resonancia no sabía ni lo que era, explicó. Pero ha aprendido a convivir con una enfermedad crónica “que va con brotes”. Por eso suele decir, en broma, que su relación más estable es con su neuróloga. Asegura que no está agradecida por la enfermedad, pero hace que no deje nada para mañana y se entregue en cuerpo y alma. Oyéndola como defiende con pasión su gestión no hay quien lo dude.
Y si en algún momento se siente superada por los contratiempos de la política o la vida cotidiana entonces mira el tatuaje que lleva en el brazo. Son tres figuras geométricas. Lo comparte, contó ayer, con su hermana y una amiga. Se lo hicieron en una época complicada para dejar una marca en la piel de que de todo se sale. De manera que ella, que gobierna en minoría y no siempre puede sacar adelante todo lo que quiere, cuando un día pierde una votación se mira el tatuaje y se dice que si salió de esa también se sale de un gobierno en minoría.
