“Mal gobernante es aquel que cree saberlo todo y no equivocarse nunca”, sentencia Mariano Rajoy, en su nuevo libro El arte de gobernar , un compendio de aforismos de lo mejor y lo peor de la política, en los que se puede reconocer al Rajoy de siempre.
En 120 páginas, con un decálogo final del buen gobernante, el expresidente del Gobierno y exlíder del PP formula sus reflexiones en frases breves que condensan su experiencia –de cuatro décadas– en la gestión de los asuntos públicos. Rajoy aconseja y advierte, y lo hace en un tono constructivo. A pesar de ver el lado amargo –“si careces de capacidad de sufrimiento, no te dediques a la política”, dice, o “no esperes que nadie te dé las gracias”–, hay una reivindicación de la política, ahora que algunos se empeñan en desprestigiarla.
“No te alabes a ti mismo, deja que los demás lo hagan”, sugiere Rajoy, con su particular ironía
Así, apela al diálogo: “Gobernar también es acordar y creo que acordar no es ceder ni rebajarse, sino cooperar por el bien común”. Ensalza la cortesía: “La bronca, el improperio, la ofensa y el insulto que hoy dominan el debate público expulsan a muchas personas sensatas de la política”. Y censura el engaño: “El problema no es la libertad de expresión, es la mentira. No mientas. Si no es posible decir la verdad, cállate”. Parece lógico, pero suena revolucionario en los tiempos que corren. A la vez se intuye un recado a los que están en primera línea, también de su partido.
En el terreno ideológico, no hay sorpresas. Defiende el libre comercio y los “impuestos justos y equilibrados”, prefiere el bipartidismo –“conviene que los partidos políticos no sean muchos más de dos”– y siente hacia las primarias “la misma prevención” que hacia los referéndums. Sostiene que Europa “necesita los inmigrantes”, arremete contra los populismos, reclama una regulación urgente de las redes sociales, y deplora la corrupción, aunque, ojo, “nadie puede presumir de incorruptible”, advierte.
Mariano Rajoy en un congreso del PP
Siendo Rajoy, no podía faltar su particular gestión de los tiempos: “No tomes decisiones bajo presión”, dice, o “a veces no tomar una decisión es una manera de tomarla”. Y hay algún rasgo de ironía –“No te alabes a ti mismo. Deja que los demás lo hagan”–, junto a frases irrebatibles: “Lo único serio es ser serio” o “si no sabes dónde ir, quédate donde estás, ya lo sabrás más adelante”.
En el decálogo final del buen gobernante, incluye gobernar para todos, rendir cuentas, no engañar y no engañarse y ser respetuoso.
¿Hay añoranza? Una frase parece así indicarlo: “En política es muy importante darse cuenta de cuándo sobras y actuar en consecuencia. Conviene, cuando toca, resignarse a la jubilación”.
Título: “El arte de gobernar”
Autor: Mariano Rajoy
Editorial Almuzara