La movida en el Madrid DF sigue tomando dimensiones bíblicas porque nuestra ciudad-Estado vive en una nostalgia permanente de bipartiditis . Atrapada mentalmente en unos años noventa que les hacen olvidar, entre tantas cuitas, que tanto PSOE como PP trabajan ya técnicamente para Vox. Un duende verde que cuanto más se eleva la crispación y más desmadre hay en el DF, más electores gana tan sólo poniendo el cazo. Comenzando a captar electores socialistas, hundiendo sin miramientos el liderazgo de Feijóo y provocando ya no sólo que todos los caucus de la derecha sean una finalísima Vox-PP, viendo quién sube más en la noche electoral y con Juanma Moreno perdiendo la absoluta en Andalucía, sino que las madrileñas del 2027 vayan también exclusivamente de la lucha Ayuso-Vox, con otra absoluta en peligro. Es así. El Madrid DF se aplaude a rabiar estos días al hilo de lo del fiscal, mientras se dispara al pie. El despiste estratégico del bipartidismo es mucho mayor que el del 2014.
Hay que saber leer el momento. El “cosas que pasan” de Trump sobre Khashoggi es zeitgeist . También su encuentro con Mamdani. Para muestra un botón. Sigan el hilo: Trump es un convicto. ¿No? Le Pen será una convicta. ¿Y qué? Gobiernan o gobernarán. Como Lula, porque son estabilizadores ante los electores como el alcalde de Nueva York. El 23-J cegó al Madrid DF con el sueño momentáneo del resurgir del peso del bipartidismo (65%). Aquello fue un mero espejismo que no correlacionaba con el chasis electoral que venía rigiendo en España desde el 2014: año de la irrupción de la nueva política y del desprestigio de la vieja; año de la abdicación del rey Juan Carlos I y de la quiebra del orden autonómico, año de la caída estrepitosa del PSOE-PP al entorno del 50% que el legislador, en 1977, nunca llegó a prever cuando aprobó la Loreg, antes que la mismísima Constitución.
En el Madrid DF se aplaude a rabiar estos días al hilo de lo del fiscal, mientras se dispara al pie
Aquella Loreg estaba pensada, como el conjunto del sistema, para que el bipartidismo repartiera estabilidad por doquier. Y así funcionó durante años con sumas de PSOE-PP superiores al 80% en más de una ocasión. Pero hoy el viejo bipartidismo está otra vez por debajo del 60%, porque continuamos, erre que erre, sin resolver la convivencia democrática y con las reformas institucionales pendientes de afrontar al igual que en el 2014 cuando nacieron Podemos y Cs frente a PSOE y PP.
El chasis del multipartidismo se consolida en el 2025, porque el viejo bipartidismo solo es apoyado otra vez por los más mayores, incapaces de afrontar el malestar y el resentimiento, dejando vía libre a un autoritarismo que está reemplazando al liberalismo, la socialdemocracia y, cada vez más, a la plurinacionalidad, como factor aglutinante del Poliedro España.
Sánchez y Feijóo se reunieron en marzo en la Moncloa
La derecha está muy movilizada, porque siempre lo está. Además, tiene un motivo para mantener la tensión: “Echar a Sánchez”. Esto le permite que la suma del menguante PP y del creciente Vox asegure su victoria en escaños, aunque el PSOE pueda terminar ganando unas generales. Pero si bien el objetivo de las derechas (PP y Vox) es echar al presidente, el propósito estratégico de la derecha autoritaria es mayor: quieren bloquear la aritmética que se abrió en el vórtice del 2014. De eso va todo. Quieren mudar el malestar de bloque e impedir la aritmética plurinacional en el futuro. Llevamos por ello mucho tiempo avisando que la estrategia del reagrupamiento a la izquierda o la derecha son nostalgia del pasado. El factor autoritario (centralista) solo puede ser vencido por el factor plurinacional (periférico) que no tiene a nadie que lo cuide en el DF.
Abascal, como pronto Kast, como ya lo hace Milei, no viene a reforzar, 50 años después, ningún sistema, menos el régimen del 78, que diría Podemos antes y Vox hoy. Lo autoritario en España no viene a consolidar el Estado actual. Lo estamos viendo con los presupuestos autonómicos. En los próximos comicios veremos cómo la pujanza imparable de Vox es como el expreso de medianoche, que arrolla a la suma del PP y del PSOE, que, entretenido en sus cuitas, en realidad, no defiende al sistema que dice defender, tras cincuenta años de la muerte del dictador y de la restauración de la propia monarquía. Una semana más recordamos por ello que hoy todavía no hay números para que una España arrolle a la otra y al revés. ¡La movida en el Madrid DF debe llegar a su fin! España sigue siendo el país más fascinante, un Estado plurinacional del sur de la UE a la espera de un estabilizador que quiera escribir su propio verso.
Next Week
Bipartidismo: 55%
Las últimas cifras certifican que el viejo bipartidismo, lejos de remontar el esperado vuelo, está anclado por debajo del 55% de los votos, retrocediendo respecto a 2023 cerca de 10 puntos, solo sostenido con el apoyo de los más mayores del censo. Además, la suma de la derecha no supera el 50% (mismos votos que en 2011) y la suma de la izquierda no llega al 40%; con los otros/plurinacionales en sus números habituales volvemos a comprobar que esta España plurinacional nuestra es así de compleja, empatada y tozuda, si la izquierda se moviliza.
El ojo del halcón
Multipartidismo
España es tozuda, tanto que, para el que lo sabe ver y aunque nos parezca que tras cada elección España sea un país diferente al anterior, fíjense si España es estable en lo electoral que Sánchez está a tan solo dos meses de superar a Zapatero en días al frente de la presidencia. Sánchez ha conseguido mantener una presidencia larga en el contexto del multipartidismo al que el Madrid DF no se termina de acostumbrar, mientras que ZP lo hizo cuando el máximo apogeo del bipartidismo.