El PSOE insta a preservar la legislatura mientras Sumar mengua sus exigencias

Choque en la coalición

El socio minoritario del Gobierno pide ahora una “reunión urgente” a los socialistas

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La ministra de Educación, Formación Profesional y Deportes, Pilar Alegría, en su última rueda de prensa como portavoz del Gobierno

Dani Duch

Pedro Sánchez no está dispuesto a “ofrecer sacrificios en el altar” –según descartó con ironía el ministro socialista Óscar Puente– para contentar a Yolanda Díaz, que le exigió un “cambio absolutamente profundo en el equipo de Gobierno” como reacción a los casos de presunta corrupción y acoso sexual que azotan al PSOE.

“Que piensen en otra cosa”, zanjó ayer Puente en TVE, tras preguntarse si Díaz incluía a los ministros de Sumar en la amplia reestructuración del Ejecutivo que demandaba.

En el sector socialista del Gobierno, al menos en privado, cargan contra el “error” que atribuyen a Díaz, que achacan a su “debilidad” política y a la “presión” interna que afronta en el espacio de Sumar. El propio Sánchez rechaza, al menos por ahora, acometer una profunda remodelación del Ejecutivo –más allá del relevo de Pilar Alegría como portavoz del Gobierno, que ayer ya se despidió del Consejo de Ministros– para tratar de recuperar el aliento y la iniciativa ante la situación de zozobra que vive el PSOE.

El argumento que esgrimen en la Moncloa es que ningún ministro está señalado por ningún caso de corrupción o acoso sexual, y que acometer ahora una crisis de Gobierno sería tanto como reconocer que en el Consejo de Ministros ahora se sientan corruptos y acosadores.

“Estamos muy contrariados”, avisa Santiago (IU); y Alegría receta a Sumar “no perder el horizonte”

En público, no obstante, impera la prudencia en la Moncloa. Bastantes frentes tiene ya abiertos Sánchez, según alegan, como para añadir otro más con sus no siempre bien avenidos socios de coalición. Así lo evidenció ayer Alegría, durante su última comparecencia como portavoz del Gobierno, al tratar de rebajar la tensión con Sumar.

La socialista Alegría –que en alguna ocasión ya chocó con la propia Díaz en la misma mesa desde la que ambas informaban de los acuerdos del Consejo de Ministros– se mostró ayer en cambio conciliadora ante las exigencias del socio minoritario de la coalición. Y mostró su “máximo respeto” ante las opiniones y posiciones expresadas por la vicepresidenta segunda y otros ministros de Sumar.

“Hemos podido tener opiniones diferentes”, admitió la portavoz del Ejecutivo. “Pero lo importante es no perder el objetivo, el horizonte”, advirtió. Y ese horizonte, recalcó, es que aún quedan dos años de legislatura por delante, si Sánchez logra cumplir su propósito de agotar el mandato en el 2027.

El socio minoritario del Gobierno –donde también existen opiniones internas enfrentadas respecto al pronunciamiento de Díaz– reorientó a su vez ayer sus exigencias. Los partidos de Sumar con representación en el Ejecutivo –Movimiento Sumar, Izquierda Unida, Comuns y Más Madrid– reclamaron una “reunión urgente” al PSOE para analizar la situación tras la sucesión de casos de presunta corrupción y acoso sexual que salpican a las filas socialistas, y para desplegar nuevas medidas con las que atajar estas lacras.

El #MeToo socialista suma una nueva acusación por acoso contra otro alcalde gallego, Xosé Valcárcel

“Por supuesto”, respondió Alegría a esta demanda, aunque tampoco concretó fechas. De hecho, la portavoz del Ejecutivo señaló que las reuniones de representantes de ambos socios de coalición “casi son a diario”. “Estamos más que dispuestos a hablar y debatir. Nuestra actitud no ha cambiado”, destacó.

“Estamos muy contrariados y muy preocupados porque nuestro socio de Gobierno parece totalmente paralizado, enredado en una situación interna que nos parece inaceptable”, señaló Enrique Santiago, secretario general del PCE y diputado de IU. Desde Sumar aseguran que no quieren salir del Gobierno, sino “salvarlo”, aunque al tiempo rechazan actuar como meros “palmeros” del PSOE, o cargar con su crisis si no reaccionan.

Alegría insistió no obstante en que, pese a las diferencias que afloran entre ambos socios de coalición, “compartimos una hoja de ruta conjunta para seguir avanzando”, tras las subidas del salario mínimo, las pensiones o las becas y la reforma laboral. “Tenemos que seguir trabajando en esa dirección”, animó la portavoz. “Lo que tenemos enfrente es la posibilidad de un Gobierno de la derecha y la ultraderecha para retrotraer avances”, alertó.

E insistió en que el Gobierno de coalición progresista debe seguir impulsando sus políticas para “mejorar la vida de la gente”. “De esto va gobernar. Y lo importante es seguir desplegando esta hoja de avances y progresos”, afirmó Alegría.

Sánchez no está dispuesto a “ofrecer sacrificios en el altar” para contentar a Yolanda Díaz

Pero el #MeToo socialista no mengua, y ayer sumó otra acusación por presunto acoso sexual y laboral, en esta ocasión contra Xosé Valcárcel, alcalde de Bardabás (Ourense). El líder de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro –cuestionado tras el caso del ya expresidente de la diputación de Lugo, José Tomé–, exigió de inmediato la dimisión de todos sus cargos a Valcárcel, que será suspendido de militancia.

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