Alyssa Burks tiene 32 años y hace cuatro años fue diagnosticada con un cáncer de estómago. Una enfermedad que desde luego no esperaba padecer: tenía un estilo de vida más o menos saludable, se sentía bien, era joven. Sin embargo, le costó un poco dar con un diagnóstico, y todo porque, cuando comenzó con sus primeros síntomas, los médicos desestimaron hacerle más pruebas.
“El primer síntoma de cáncer que noté fue que, de repente, me sentía extremadamente agotada todo el tiempo”, explica la propia Alyssa al portal Self. “Sucedió durante la pandemia. Iba a trabajar, llegaba a casa y me iba a dormir directamente. Todos pensaban que simplemente estaba estresada o con exceso de trabajo”. Casada y madre de un niño, su cansancio extremo comenzó a afectar a su vida, por lo que decidió ir al médico.
A Alyssa Burks le diagnosticaron cáncer gástrico en etapa 4 en 2023
Fue entonces cuando su médico le preguntó lo típico, si estaba cansada, estresada. Tras mandarle una analítica completa y ver unos resultados normales, pensó que no estaba durmiendo lo suficiente. Cuando además Alyssa le dijo que no tragaba bien al comer, su médico consideró que no estaba comiendo bien.Su consejo, tratar de reducir el consumo de alimentos “ácidos” como azúcares, carnes, lácteos o harinas refinadas.
La joven, no obstante, sabía que algo iba mal y nada tenía que ver. Solo presionando persistentemente a sus médicos e insistiendo en que buscasen la causa de su extremo cansancio. “Llamaba y llamaba a mi médico, hasta el punto que el recepcionista me decía que estaba ‘ocupado’”, confiesa Alyssa. Al final, la verdad surgió tras unas pruebas cardíacas.
Su médico comenzó a mandarle medicación para todo, en lugar de enviarle a un especialista
“Mi frecuencia cardíaca en reposo comenzó a aumentar de forma aleatoria. No tenía sentido: sucedió cuando me sentía totalmente relajada”, cuenta. “Volví a ver a mi médica y le conté lo sucedido. No me hizo ninguna prueba adicional, aunque me recetó un medicamento para reducir mi frecuencia cardíaca”. Después, comenzó la acidez de estómago, que el médico relacionó con su edad y le dio más medicación.
Alyssa solo empeoró. Tras dos años y perder mucho peso sin motivo aparente, consiguió que su médico le mandase a ver a un especialista. Fue entonces cuando ella conoció su verdadero diagnóstico: cáncer de estómago en estadio 4 que se había extendido hasta el peritoneo, el tejido que recubre la pared abdominal y cubre la mayor parte de los órganos en el abdomen.
Alyssa se sometió a cirugía para la extirpación de los ovarios, el estómago y parte del esófago
Después de su diagnóstico, Alyssa se enteró de un ensayo que ofrecía quimioterapia intraperitoneal a través de un puerto en su estómago. Aliviada por haber encontrado una opción de tratamiento menos invasiva, tuvo que enfrentarse a momentos y decisiones muy duros por el camino, incluyendo la extirpación de los ovarios, el estómago y parte del esófago; además de los desafíos que implicaron todas las cirugías.
Desde entonces, Alyssa se ha dedicado a relatar todos los pormenores de su enfermedad y su día a día a través de redes sociales y un documental, The Patient Story, que ya acumula millones de visitas.
Alyssa piensa es en ese primer médico que ignoró sus síntomas: “Desearía haberle preguntado sobre el cáncer"
“Después de la operación, tuve que volver a aprender a comer. Antes de que me diagnosticaran cáncer, era una amante de la buena comida, pero ahora tengo que tener mucho cuidado con lo que como y cómo lo hago”, cuenta, cuatro años después. “Ha sido un cambio enorme y todavía me estoy acostumbrando. El cirujano no obtuvo buenos márgenes durante la cirugía, lo que sugiere que quedan células cancerosas microscópicas en el esófago. Actualmente, me encuentro en una situación extraña: sé que todavía tengo cáncer, pero no lo estoy tratando”, revela.
“A veces deseo haberle preguntado a mi médico sobre el cáncer cuando todo esto empezó”, admite.
En quien sí piensa es en ese primer médico que ignoró sus síntomas. “A veces deseo haberle preguntado a mi médico sobre el cáncer cuando todo esto empezó; tal vez hubieran ordenado la endoscopia antes para obtener un diagnóstico más temprano. A lo largo de todo este proceso, he tenido que luchar para que mi equipo médico me hiciera más pruebas, algunas de las cuales ni siquiera conocían”, lamenta.
Aún así, admite que ha pasado página. “Siempre he sido del tipo que acepta la vida. Me siento muy afortunada de estar aquí.
