Saber si una relación va bien o si hay grietas que pasan inadvertidas no siempre es fácil. A veces, los pequeños detalles del día a día pueden ocultar problemas más profundos, y lo que parecía estabilidad puede convertirse en una rutina insatisfactoria. Otras veces, el amor sigue ahí, pero la comunicación se ha vuelto torpe, las discusiones se repiten y las dudas empiezan a ganar terreno.
No se trata de dramatizar ni de buscar respuestas absolutas, sino de entender en qué punto se está y qué se puede mejorar. Ahí es donde entra en juego la Valentine Scale, un test de siete preguntas que permite medir de manera sencilla el estado de una relación de pareja. Y no hay mejor día para ponerla a prueba que en San Valentín.
Método efectivo
Pasando la ITV del amor
Desarrollado por investigadores de la Universidad de Estocolmo, este cuestionario no pretende dar veredictos inamovibles ni marcar un destino inevitable, sino ofrecer una herramienta para la reflexión.
Como explica Per Carlbring, profesor de psicología y uno de los responsables del estudio, “esta escala hace posible obtener rápidamente una idea de cómo va una relación, sin necesidad de entrevistas largas o cuestionarios complicados”. Su utilidad no se limita a una simple evaluación personal, ya que también puede emplearse en terapia de pareja para seguir la evolución de la relación con el tiempo.
Con este test se puede saber si la relación hace aguas
La clave de su efectividad radica en su diseño accesible y en la solidez de sus fundamentos científicos. Más de 1.300 personas participaron en dos estudios extensos que demostraron la alta fiabilidad de la Valentine Scale, que mostró correlaciones consistentes con otros sistemas de medición reconocidos, como la Dyadic Adjustment Scale y la Quality of Dyadic Relationships. Además, su aplicación es mucho más sencilla y está disponible sin restricciones, lo que la hace una opción más práctica en comparación con otras herramientas similares.
Amor duradero
Las siete preguntas que hay que hacerse
El test abarca aspectos fundamentales de la vida en pareja, como la cercanía emocional, la confianza y la resolución de conflictos. No se limita a ofrecer un diagnóstico, sino que también proporciona recomendaciones concretas que pueden ayudar a fortalecer la relación.
Sin embargo, su propósito no es generar estrés ni presionar para alcanzar un determinado resultado. “Hacer el test de San Valentín puede ser un paso para empezar a acercarse más el uno al otro en este día”, señala Carlbring, insistiendo en que los resultados deben interpretarse con flexibilidad y sin obsesionarse con puntuaciones perfectas. Estas son las preguntas incluidas en la Valentine Scale:
- Puedo colaborar bien y resolver problemas prácticos con mi pareja.
- ¿Siento que puedo confiar en mi pareja?
- Cuando mi pareja y yo no estamos de acuerdo o tenemos un conflicto, lo supero rápidamente.
- ¿Con qué frecuencia has pensado recientemente que tu relación no es buena?
- ¿Con qué frecuencia has considerado recientemente separarte de tu pareja?
- ¿Cómo de cerca emocionalmente te sientes de tu pareja?
- En general, ¿estás satisfecho/a estás con tu relación?
Si las respuestas generan inquietud, lo importante es entender qué hay detrás de ellas. Las relaciones cambian y dependen de muchos factores, desde el estrés hasta problemas de comunicación o situaciones externas. “Si el resultado del test despierta preocupaciones, puede ser una buena idea hablar sobre lo que hay detrás de las respuestas. Reflexionando juntos, se pueden encontrar formas de avanzar, ya sea para fortalecer la relación o para tomar otras decisiones”, concluye Carlbring.
